Sánchez usará el 14-F para debilitar a Casado y tentar a Arrimadas

El Presidente tiene pendiente reforzar su autoridad ante Pablo Iglesias

Sánchez usará el 14-F para debilitar a Casado y tentar a Arrimadas

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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El vaso medio lleno o medio vacío. Depende de cómo se mire la foto finish de los resultados en Cataluña. En La Moncloa lo contemplan rebosando. El gran triunfo de Salvador Illa servirá probablemente para ocupar la bancada de la oposición, aunque el entorno de Pedro Sánchez aventura repercusiones de alcance. La campaña giró alrededor del “cambio”. Una idea fuerza salida del magín de Iván Redondo, jefe de Gabinete del Presidente, y de Francisco Salazar, secretario de Acción Electoral del PSOE, que deberá tener su continuidad en el tiempo. La incógnita se cierne ya sobre la duración de la Legislatura cuando está por estrenar.

Después de años cargados de parálisis, quimeras, fractura, polarización, amagos, chantajes y cesiones, el reparto de cartas en las elecciones ha ofrecido una reforzada mayoría absoluta del tendido secesionista en una Cataluña partida en dos mitades. Los bloques se han mantenido graníticos, a pesar de servir en bandeja a Sánchez la ambición de vender al PSC como sucesor de CS en su gesta de 2017. Una proeza compleja teniendo en cuenta que la ley electoral favorece los sufragios emitidos en zonas rurales, donde se concentran los caladeros de los movilizados separatistas.

La exaltación del cambio de Salvador Illa para abrir una nueva etapa ha dado todo de sí frente a cordones sanitarios y apelaciones a la autodeterminación y la amnistía. El victorioso candidato del PSC irá a una investidura – “descartado un Arrimadas por su parte”, según remachaban en La Moncloa – aunque carezca de los números. Contará con En Comú y tratará de forzar a las demás fuerzas políticas a retratarse. Un ejercicio destinado, a priori, a la melancolía. Puesta en escena para poner el reloj de la cuenta atrás para un desbloqueo en marcha, toda vez se cierran ahora mismo a un tripartito con los separatistas.

Las daños para la estabilidad de Sánchez se aminoran ante la primacía de ERC sobre los hiperventilados de JxCAT. Oriol Junqueras tensionará en lo inmediato la gobernabilidad de España, pero, confía el núcleo duro socialista, para apuntalar la agenda del reencuentro. Habrá de “amansar” antes Carles Puigdemont y su afán de fustigar al Estado. Sánchez presume ya de red. La peor pesadilla pasaba por un escenario en el que JxCAT superase a ERC, la vía de la confrontación frente a la del pragmatismo. La supervivencia del Gobierno se hubiera complicado sobremanera. Y eso, igualmente, hasta cierto punto. Porque el entorno presidencial relativiza todo por tener aprobados unos Presupuestos Generales del Estado.

“Las cuentas son nuestro campo abierto hasta 2023”, inciden en el corazón de La Moncloa. Un recado inequívoco para todos sus compañeros de viaje. Incluido el socio de coalición. Al recuento de las papeletas, “va a seguir”, avisan, la exigencia de Pedro Sánchez a Pablo Iglesias, cara a cara, de una rebaja de “sus ánimos beligerantes”. Sánchez habría dejado hacer a Iglesias y tolerado sus salidas de pata de banco para evitarse malograr la campaña. “El Presidente se ha comido el sapo” del cuestionamiento de España como una democracia plena. “Y nos ha compensado” en las urnas, valoran sus cercanos. Literalmente. Sin embargo, por medio, el líder de Podemos ha dejado una enorme irritación entre miembros socialistas de un Gabinete con vocación de durar los dos próximos años.

Pedro Sánchez exhibirá el rotundo resultado del PSC para desgastar a Pablo Casado dado entre colaboradores del Presidente por “políticamente muertoante lo que denominan el “sorpassazo” de Vox. Los guionistas de La Moncloa ya abogan por recordar al líder del PP los emplazamientos pasados de Sánchez a dejar de mirar por el retrovisor a Santiago Abascal y el necesario regreso al sentido del Estado. En ese juego, introducen la variable de CS con la aspiración de lograr un reposicionamiento tras su descalabro. De hecho, tienden la mano a Inés Arrimadas a la espera de acontecimientos en el seno de esa formación. De los naranjas puede buscar oxígeno extra Pedro Sánchez en las Cortes.

Ello, en todo caso, sin forzar la máquina. No le hace falta a Sánchez. “Que unos y otros se cuezan en su propia salsa”, apuntan sobrados cercanos al presidente del Gobierno.

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