Sin Micrófonos | El CIS aleja los nubarrones en Podemos
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Los dirigentes de Podemos siempre apelan a la prudencia al valorar en público los sondeos, pero las encuestas han marcado en buena medida el estado de ánimo interno del partido morado. Así, 2017 fue especialmente difícil para ellos cuando su postura ante el desafío independentista catalán les hizo perder un tercio de su electorado según los análisis internos que hizo Carolina Bescansa, ahora defenestrada, otrora gurú demoscópica de su formación.
Con ese escenario, antes del primer CIS del año, en los despachos del partido de los círculos, daban por hecho que Ciudadanos les sobrepasaría como así sucedió y había quien incluso reconocía sin micrófonos que temían caer por debajo del 15% en intención de voto. Sin embargo, contra todo pronóstico, el barómetro de febrero dibujó una subida de medio punto, hasta el 19% que llevó a Pablo Iglesias a presumir en sus redes sociales de que habían evitado la “debacle” que anunciaban “todos los titulares” y a hacer un diagnóstico político según el cual “hay cuatro grandes formaciones. Puede ganar cualquiera”. Ese análisis de febrero es casi idéntico al que ha hecho ahora que el segundo CIS con intención de voto del año ratifica la tendencia al alza de Podemos y sus confluencias: entre el PP, Ciudadanos, PSOE y Unidos Podemos, ha escrito Iglesias, hay “una horquilla de menos de 4,5 puntos. Cualquiera puede ganar”.
En el partido creen haber dejado atrás los nubarrones demoscópicos, que se ha producido un punto de inflexión y que han reconducido el rumbo. Tanto es así que incluso se atreven a pronosticar que la batalla de aquí a 2020 va a ser entre ellos y Ciudadanos porque, según su análisis, el bipartidismo está en mínimos históricos, es incapaz de frenar su caída y su crisis no tiene vuelta atrás. Pero para llegar a ese punto, el camino no estará exento de obstáculos. Para empezar, en los próximos días se debe cerrar el esperado y trabajado acuerdo con IU y Equo que fije las reglas de su alianza de cara al ciclo electoral de 2019. Ese pacto será determinante para perfilar las candidaturas, las listas de unas elecciones claves para el devenir de Podemos. Sin un buen resultado de Íñigo Errejón en Madrid, sin un avance en otros gobiernos autonómicos y, sobre todo, sin un buen resultado en los llamados ayuntamientos del cambio, regresaría la amenaza de tormenta que ahora parece lejana.