Sin micrófonos: La toma de Madrid por Franco exaspera a Ferraz

La procesión del PSOE va por dentro, pero va. Pedro Sánchez ha llegado a vender muchas esperanzas en la “reconquista” de Madrid, pero los movimientos de José Manuel Franco empiezan a sonar a tormento chino en los cerebros de Ferraz.

Sin micrófonos: La toma de Madrid por Franco exaspera a Ferraz

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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“El PSM sigue animándonos el paisaje interno”, anotó un miembro de la Ejecutiva Federal. Apenas falta año y medio para las municipales y autonómicas y el curso acelerado de liderazgo de José Manuel Franco, a pesar de llevar más de dos décadas de diputado en la Asamblea de Madrid, está dejándole lleno de moratones, hasta arriba de collejas. Franco fue arropado por Pedro Sánchez para poner en orden la casa de los líos, el socialismo madrileño, pero él mismo viene despuntando como un auténtico quebradero de cabeza para Ferraz.

El perfil de Franco está lejos de parecerse al de Sánchez. Sin embargo, el secretario general del PSOE quiso premiar su lealtad durante el convulso proceso de primarias y, de hecho, asumió la coordinación de la campaña en Madrid. Las dudas sobre su elección se han agudizado apenas cuatro meses después de alcanzar la secretaría general del PSM. Lanzar a la arena, por su cuenta y riesgo, la disposición a renunciar en la capital de España a sus propias siglas por una lista unitaria de la izquierda, en la que podrían estar dirigentes de Podemos, Izquierda Unida o de la extinta UPyD, ha sido demasiado incluso entre quienes fueron su respaldo.

¡Lo que le faltaba al PSOE! Ferraz hubo de desautorizar de forma clara la propuesta y despejar cualquier duda sobre la idea de diluir las siglas socialistas en candidaturas tótum revolútum, a la imagen y semejanza deAhora Madrid. La maniobra sólo sirvió para inculcar a propios y extraños la desesperación de Franco ante las escasas posibilidades que tendría el PSOE en solitario para revalidar sus ya pésimos resultados logrados en la capital en 2015. Una idea contra la que Pedro Sánchez luchaba jugando con la perspectiva de un cartel electoral de altura.

El río revuelto llegó en medio de una ronda de tanteos de José Manuel Franco con alguna destacada personalidad de la izquierda para llevarla en las listas que tuvo contestación de la militancia por temor a premiar a “paracaidistas” frente a quienes trabajan a diario por la marca del PSM. Es verdad: ya sobresaltó a la Ejecutiva Federal del PSOE con su ocurrencia plurinacional de convertir a Madrid en una “nación” más o la de disparar en muchas direcciones en la búsqueda de una cabeza de lista a la alcaldía, obligando incluso a Cristina Narbona a autodescartarse para acallar los rumores.

A nadie en la sede de Ferraz, se mire por donde se mire, se le escapan los peligros de un líder así. No está ya el coro para muchos más ruidos, por muchos esfuerzos que parece realizar José Manuel Franco para avivar conflictos aquí y allá en agrupaciones locales, cuando el PSOE se basta con librar las batallas contra dos de sus quebraderos de cabeza externos: Podemos de Pablo Iglesias y Ciudadanos de Albert Rivera. 

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