Africa tiene alma de mujer

La mujer es la llave de la solución para el continente africano del presente y del futuro

Africa tiene alma de mujer

Beatriz Mesa

Publicado el - Actualizado

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Africa late diferente cuando la mujer abandera; Africa late distinto cuando la mujer lidera la enseñanza, maneja los números o parlamenta. Pulcritud. Africa crece porque la mujer se moviliza y moviliza. Omnipresente. «Las mujeres son el motor de nuestra sociedad. Por ello, son ellas quienes deben conducir el desarrollo, la educación, la formación y el acceso a los recursos». Así manifestó la senegalesa, Myriam Sy, embajadora de su país en España. Y es mujer. 

No es habitual encontrar mujeres diplomáticas en el continente africano porque se trata de un dominio reservado tradicionalmente a los hombres. Sin embargo, las sociedades están cambiando, no sólo las occidentales, también las del Sur, en donde ellas siguen librando sus propias batallas contra la desigualad de género, las diferencias salariales y las narrativas discriminativas. 

Estas fueron algunas reflexiones recogidas en una mesa redonda «África tiene alma de mujer» organizada por Casa África y la Organización Mundial del turismo, en donde mujeres de los dos continentes intercambiaron impresiones sobre el futuro de los pueblos del sur. Porque Africa ya no es la misma. 

Si bien en 2014, el 85% de los embajadores del mundo eran hombres, lo mismo ocurría en el campo de la negociación política y de la mediación en los procesos de paz, cinco años después y con el impulso de resoluciones de Naciones Unidas, la mujer se emancipa y se re-posiciona. Tanto es así que su papel en la prevención y en la resolución de conflictos es cardinal. 

La representación tradicional de la mujer africana en los medios de comunicación ha quedado desfasada y resulta engañosa al eclipsar otros roles que ejerce en el panorama actual: «He aprendido durante todos estos años que los estereotipos existen fruto de la ignorancia y no de la maldad. No se quiere hacer daño, simplemente se es ignorante», expresó lacónica, una aguerrida economista marroquí que emergió entre el público henchida de fuerza empresarial para manifestar que «los problemas de las mujeres del norte son los mismos de los problemas del sur sólo que nosotras ponemos límites». Y añadió: « el camino es el mismo para todas aunque con una salvedad, para nosotras, las africanas, es más corto porque Europa ya hizo un trabajo en nuestro lugar». 

El binomio mujer y agricultura; mujer y turismo; mujer y tejido empresarial, mujer y urbanización empieza a coger forma en el continente africano, «sólo necesita ser visibilizado», dijo esta vez la voz de un hombre, el embajador en España de Guinea Bissau, Paulo Da Silva, quien propuso entregar la gestión económica de los recursos de los países africanos a las mujeres. «Es inconcebible el desarrollo socio-económico africano sin ellas», matizó.  Las embajadoras, empresarias y periodistas presentes en el encuentro coincidieron en que África en el horizonte 2030 tendrá rostro de mujer. No es una entelequia ni tampoco una premonición, sino parte de una realidad empírica.