Ataques de Rusia que matan y mutilan a civiles: “Deben ser investigados como crímenes de guerra”
Es necesario que los abusos se documenten para que se exijan responsabilidades en los tribunales, explica Rachel Denber, de HRW, a COPE
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
“Las fuerzas rusas están llevando a cabo una amplia variedad de abusos en la guerra en Ucrania, y han realizado ataques indiscriminados y desproporcionados causando enormes daños a civiles, matando, hiriendo y mutilando” asegura Rachel Denber, ex directora de la oficina de Human Rights Watch en Moscú, a COPE. Cuenta que “algunos de estos ataques han sido tan graves que deberían ser investigados como crímenes de guerra. Hay numerosas informaciones muy creíbles de que fuerzas rusas -en zonas bajo su control- han detenido a civiles y les han hecho desaparecer. Human Rights Watch ha documentado con pruebas y con testigos algunos de estos casos”. “Es muy importante que estos abusos se documenten en detalle para que estén registrados y documentados, de forma que si no se exigen responsabilidades en tribunales nacionales se haga en tribunales internacionales”, añade.
Rachel Denber, en la actualidad subdirectora de la división para Europa y Asia Central de HRW, explica que “las fuerzas rusas han estado rodeando y estrangulando, asediando varias ciudades en Ucrania, incluida Mariúpol y Chernígov, y aunque la legislación humanitaria internacional no prohibe asediar poblaciones, en cambio sí que prohibe bloquear la entrada de ayuda humanitaria para los civiles que estén bajo asedio. La legislación humanitaria exige que Rusia permita que se creen condiciones para que los civiles puedan escapar en condiciones seguras, y para que llegue la ayuda humanitaria que necesitan los civiles: agua, alimentos, medicinas”. Describe la situación en la ciudad de Mariúpol como “absolutamente desesperada. La ciudad está completamente bloqueada, no hay acceso a agua, ni electricidad, ni calefacción, ni atención médica. El asedio ruso a Mariúpol no está permitiendo que los civiles reciban lo que es esencial para su supervivencia”. Y, a su juicio, en Chernígov la situación es muy similar a la de Mariúpol. Human Rights Watch tiene sobre el terreno a investigadores que “están entrevistando a ucranianos que han abandonado algunas de estas ciudades que están bajo asedio”. Han recogido testimonios de civiles que han relatado como han pasado días en sótanos, en condiciones antihigiénicas. Una mujer contó que pasó dos semanas enteras en un sótano con otras 80 personas en 300 metros cuadrados, y un hombre en circunstancias parecidas con otras 50 personas en 50 metros cuadrados.
En esta ciudad portuaria del sur de Ucrania llevan sin agua corriente y sin electricidad desde el 2 de marzo, de acuerdo con las declaraciones recopiladas por HRW. Desde entonces han estado semanas tratando de conseguir algo de agua derritiendo nieve, recogiendo agua de lluvia en cubos o extrayéndola del sistema de calefacción de sus edificios. En el principal hospital de Mariúpol empezaron a quedarse sin oxígeno para los pacientes a mediados de marzo. Como consecuencia de ello, comenzaron a morir aquellas personas que sufrían problemas respiratorios graves.