Brasil: pocos test y un respeto relativo a las normas en pleno avance del COVID-19

“No hay casi pruebas y no sabemos si los números son reales”, asegura a COPE Blanca Hernando desde Curitiba

Manuel Ángel Gómez

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Pocos test y escaso control de las personas que incumplen las restricciones de movimiento. Así avanza Brasil, a día de hoy uno de los tres países del mundo con más fallecimientos a diario por el nuevo coronavirus. “No se consigue controlar el tema de si hay gente que sale mucho a la calle; hay quien obedece -mis padres llevan 45 días sin salir de casa-, pero hay gente a la que le da igual”, cuenta a COPE Blanca Hernando, cónsul honoraria de España en la ciudad de Curitiba y una de las personas que gestiona las actividades del Centro Español en Paraná.

Asegura que “hay decretos en todas las ciudades que hacen obligatorio el uso de mascarillas, en los supermercados no puedes entrar sin mascarilla, pero se ve mucha gente en la calle que no lo lleva realmente a rajatabla”. Al mismo tiempo dice que “hay un problema muy serio porque no se están haciendo casi test, y no sabemos si los números son reales”. Brasil tiene registrados oficialmente 7.938 fallecimientos y por encima de 115.000 personas contagiadas. En Curitiba “la capacidad hospitalaria está bien, pero "en zonas como Manaos, en el norte de Brasil, sí lo están pasando mal, la situación es un poco complicada porque son lugares pobres, mal estructurados, con otra realidad”, señala Blanca.

Julio Antelo, un empresario gallego afincado en Río de Janeiro, confirma que “no hay test”, y explica que allí la gente tampoco respeta mucho las restricciones “por el clima, porque llega el fin de semana, y el paseo marítimo se llena de gente en Copacabana, en Ipanema”. Desde hace semanas están cerrados restaurantes, cines, teatros. Este empresario tiene dos locales en Río, ninguno de ellos abierto porque “hubo un decreto del gobierno del 20 de marzo por el que tuvimos que cerrar todos”.

Explica que tienen “otro problema, que el presidente Bolsonaro dice que hay que salir a trabajar, está enfrentado con los gobernadores de los estados”. “Hay un lío político que nadie se entiende; la población está muy descontenta con el cese del ministro de Salud”, indica Blanca. Alcaldes y gobernadores tienen autonomía, son los que están tomando las decisiones. Supermercados y farmacias sí están abiertos en todo Brasil, y en algunas ciudades han empezado a atender a clientes en la tiendas pequeñas. Según Blanca, “la gente está muy preocupada por el dinero”.