Breve historia del chavismo
Venezuela vive los que pueden ser los últimos días de un régimen que gobierna el país desde hace dos décadas
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"Lamentablemente, por ahora, no hemos logrado los objetivos que nos planteábamos. Nosotros aquí en Caracas, no logramos alcanzar el poder. Es tiempo de reflexionar, y vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse hacia un destino mejor". Son las palabras de un comandante del Ejército que acaba de fracasar en su intento de dar un golpe de Estado y tomar el poder de forma violenta.
No sabemos si Hugo Chávez estaba convencido de que acabaría alcanzando el poder o si se trataba de alguna estrategia, pero sus palabras no sonaban a un discurso de derrota. Aquel 4 de febrero de 1992, Hugo Chávez fue arrestado por liderar un intento de golpe de Estado contra el presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez.
El golpe dejó tocado al gobierno venezolano, que se encontraba envuelto en acusaciones de corrupción que debilitaban seriamente su posición ante la opinión pública. Un año después de la intentona golpista, la fiscalía acusó al presidente Pérez de malversación de fondos públicos. La acusación acabó apartándolo de la presidencia, a la que ascendió en 1994 un ya veterano Rafael Caldera.
Esos dos años, los pasó Hugo Chávez en una prisión de San Francisco de Yare, donde, entre otras muchas visitas, recibió la de un sindicalista que trabajaba como conductor de autobús en Caracas, un tal Nicolás Maduro. Chávez fue indultado por el nuevo presidente en marzo de 1994. Una vez excarcelado, comenzó a preparar su asalto al poder.
El ascenso al poder
El bipartidismo que había dominado Venezuela desde los años 50 comenzaba a desmoronarse y las elecciones de 1998 presentaban un panorama insólito. La corrupción de los últimos años había desacreditado a los dos principales partidos, el socialdemócrata Acción Democrática, que antaño había liderado Carlos Andrés Pérez y el demócrata cristiano COPEI, al que pertenecía Caldera. En medio de ese desorden, Irene Sáez, una modelo que había llegado a Miss Universo en 1981 y que había sido elegida alcaldesa de Chacao, anunció su candidatura a las elecciones presidenciales de 1998. Rápidamente, superó en intención de voto a las de los grandes partidos. Mientras tanto, Henrique Salas Römer, que había sido gobernador de Carabobo con COPEI, se postuló a la presidencia con la creación de un nuevo partido, Proyecto Venezuela.
Por aquel entonces, Chávez llevaba tres años aprovechando el descontento ciudadano para defender la "refundación de la República" y la elaboración de una nueva constitución. Para ello, fundó el Movimiento Quinta República, al que se sumaron muchos de los militares que habían participado en la intentona golpista de 1992.
Las elecciones parlamentarias se celebraron el 8 de noviembre de 1998, un mes antes de la fecha prevista para las presidenciales. El Movimiento fundado por Chávez fue el segundo más votado, por detrás de Acción Democrática, rozando el 20% de los votos y superando por mucho a COPEI, el partido del todavía presidente Caldera.
El nuevo partido de Römer, Proyecto Venezuela, logró también unos inesperados buenos resultados, lo que llevó a los dos partidos tradicionales a retirar su apoyo a sus candidatos y dárselo a Römer, el único que parecía capaz de frenar el ascenso de Chávez.
Nada de eso fue suficiente y, el 2 de febrero de 1999, Chávez ascendió a la presidencia después de lograr el 56% de los votos en las elecciones presidenciales. Por aquel entonces, su discurso era muy distinto de lo que luego fueron sus acciones.
Hugo Chávez venía a transformar el sistema político "para tener una democracia verdadera, mucho más auténtica" y, según aseguraba, estaba dispuesto a ceder el poder en dos años "si por ejemplo resulta que soy un fiasco, un fracaso, un hecho de corrupción, o cometo un delito, algo que justifique mi salida antes de cinco años, yo estaría dispuesto a hacerlo". También calificaba a Cuba como "una dictadura".
La conquista del Estado
Los primeros años de Chávez en Miraflores sirvieron para sentar las bases de lo que sería una colonización absoluta de las instituciones por parte del chavismo. Nada más ascender al poder, el nuevo presidente asumió su promesa de elaborar una nueva Constitución. Para ello convocó un referéndum en abril para la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente. La propuesta chavista fue aprobada con el 87% de los votos, aunque solo un 37% del electorado fue a votar. Inmediatamente convocó elecciones para esa Asamblea Constituyente, paralela al Parlamento Nacional (en el que Chávez tenía minoría) y con un sistema electoral que favorecía extraordinariamente a la lista más votada. Las elecciones de julio dieron al chavismo 121 de los 131 diputados de la Asamblea.
Hugo Chávez pudo redactar la Constitución a su gusto y fue aprobada en referéndum con una participación del 44%. Una vez aprobada la nueva Constitución, que proclamaba la creación de la República Bolivariana de Venezuela, Chávez convocó nuevas elecciones presidenciales y parlamentarias, que le dieron mayoría absoluta y alargaron su mandato hasta 2006.
En ese 1999, Chávez empezó también, a través de la radio, lo que sería otra de las señas de identidad de su mandato: el programa "Aló, presidente", que posteriormente se convirtió en un programa de televisión, universalmente conocido y que dejó momentos tan surrealistas como este.
El Gobierno de Chávez comenzó una serie de expropiaciones a través de la Reforma agraria y de la Ley de Hidrocarburos que comenzaron a molestar al empresariado local. La situación económica en el país empeoraba y el descontento de algunas capas sociales desembocó en el golpe de Estado de 2002.
Durante unas horas Chávez fue arrestado y, como 10 años antes, el chavismo estuvo a punto de descarrilar. Pero los golpistas decidieron ir más allá, y tratar de disolver la Asamblea Nacional, lo que acabó provocando el fracaso del golpe.
Una vez restituido, Chávez aprovechó la intentona golpista para seguir reduciendo la democracia en Venezuela. La oposición venezolana se convirtió en los medios oficiales en "un enemigo del pueblo" que estaba vendida a los intereses extranjeros, especialmente al entonces impopular presidente norteamericano, George W. Bush.
Chávez comenzó a purgar todas las instituciones que no le eran afines. Suspendió licencias de medios de comunicación, limpió los sindicatos, suspendió a los jueces críticos y purgó el ejército, debilitando cualquier estructura que pudiera servir de contrapoder.
La oposición no se rindió y, en medio del ascenso de la violencia callejera y tras un paro petrolero que duró varios meses, reunió las firmas necesarias para activar la convocatoria de un referéndum revocatorio y tratar apartarle de la presidencia en 2004. Chávez ganó, y tras alcanzar el poder en 22 de los 24 estados en las elecciones regionales, su poder era prácticamente absoluto.
Los últimos años de Chávez
Durante esa primera década del siglo XXI, el mapa sudamericano se fue llenando de dirigentes que apoyaban y defendían en mayor o menor medida las políticas de Chávez. Kirchner en Argentina, Lula en Brasil, Evo Morales en Bolivia o Correa en Ecuador se convirtieron en aliados del bolivarianismo y reforzaron la posición internacional del chavismo, que enarboló lo que Chávez denominó "el socialismo del siglo XXI".
La tercera presidencia de Chávez comenzó en 2007 con la nacionalización de las principales empresas eléctricas y telefónicas del país. Un movimiento que acabó volviéndose en su contra cuando, en 2009, se vio forzado a racionar el consumo eléctrico, al no ser capaz el Estado de generar la cantidad de energía que consumían los venezolanos.
La situación económica continuó deteriorándose y el país entró en recesión. Mientras tanto, la violencia en las calles crecía y la corrupción en las instituciones se multiplicaba.
En 2011 le diagnostican un tumor a Chávez del que decide tratarse en Cuba. A partir de ese momento, sus apariciones públicas disminuyeron y fue delegando cada vez más poder en Diosdado Cabello y Nicolás Maduro, dos de sus hombres de mayor confianza. En octubre de 2012, ya gravemente enfermo, se presenta a sus últimas elecciones, en las que ni siquiera hace campaña. Poco después de comenzar su cuarto mandato, muere.
La ruina
Nicolás Maduro asumió el poder de forma efectiva tras las elecciones presidenciales de 2013, en las que ganó por apenas 200.000 votos. Maduro, que no provenía de las Fuerzas Armadas, como Chávez, ni contaba con el apoyo popular de su antecesor, heredó un país que ya apuntaba hacia una crisis económica grave.
El nuevo presidente decidió enfrentar la recesión económica imprimiendo más dinero, para intentar mantener la gran cantidad de subsidios y programas de bienestar creados por su antecesor.
Esto disparó la inflación, encareciendo las importaciones y provocando que se dispararan los precios de productos básicos, como los alimentos y los medicamentos. Para intentar frenar esa deriva, Maduro instituyó controles de precios y estableció un tipo de cambio fijo, encareciendo el precio de las importaciones y provocando el cierre de muchas empresas.
Ante esta nueva situación, Maduro decidió continuar emitiendo moneda, lo que acabó provocando el desabastecimiento de muchos productos básicos y el florecimiento del mercado negro, con el consiguiente aumento de la corrupción y la delincuencia. Durante los últimos 3 años, la inflación en Venezuela ha superado el 1000% anual,
Unos tres millones de personas, un 10% de la población del país, han abandonado Venezuela ante la desastrosa situación económica y de seguridad.
Mientras tanto, comenzó una purga de opositores, encarcelando a líderes como Leopoldo López o Antonio Ledezma. En mitad de este hundimiento, en enero de 2016, la oposición alcanzó la mayoría en la cámara en las elecciones a la Asamblea Nacional. Por primera vez, el chavismo perdía el poder legislativo y su hegemonía se tambaleaba.
Maduro reaccionó utilizando un truco aprendido de su predecesor: la convocatoria de una "Asamblea Constituyente" que eliminaba el poder de los diputados y cuyo sistema electoral garantizaba la victoria del chavismo. Para evitar que la oposición controlara el parlamento, Maduro creaba uno paralelo en el que tuviera poder absoluto. Todos los miembros de la nueva "Asamblea" formaban parte de la lista del Presidente.
La creación de este parlamento paralelo fue considerado un golpe de Estado por la mayor parte de los Estados del mundo. La Asamblea de Maduro convocó elecciones presidenciales en las que, ante la ausencia de candidatos opositores y sin apenas reconocimiento internacional, Maduro resultó vencedor.
La oposición no reconoce la legitimidad de esos comicios y, ante la ausencia de un presidente legítimo, nombró al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, presidente interino hasta la convocatoria de nuevas elecciones.
26 años después de aquel golpe de Estado fallido, 20 después de su llegada al poder, con una economía y un sistema democrático devastado, el chavismo puede estar viviendo sus últimas semanas.