Confirmada la primera misión para limpiar la basura espacial
Desde el lanzamineto del Sputnik I en 1957, el esapcio está lleno de satélites abandonados y restos de propulsores
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Sputnik I inauguró la era espacial en 1957 con el lanzamiento del primer satélite, desde entonces han ascendido a órbita 9.600 más, pero ni la mitad de ellos sigue en funcionamiento, solo 2.300 se mantienen con vida. De ellos se forma la llamada basura espacial, es decir, restos de propulsores, satélites abandonados, y restos de ellos que se crean cuando chocan entre ellos o explotan. El 95% de los objetos que rodean La Tierra son basura.
Al no tener ninguna utilidad, es un peligro que sigan orbitando sin ningún control. Existen riesgos para nuestros sistemas de comunicación y sobre todo para futuros vuelos espaciales. El director de la Agencia Europea del Espacio (ESA), Jan Wörner, ha sido el que ha dado la voz e alarma. “Imaginen lo peligroso que sería navegar por alta mar si todos los barcos que se han perdido en la historia siguieran a la deriva sobre el agua. Esa es la situación actual en órbita, y no se puede permitir que continúe”, explicó. En la última cumbre espacial celebrada en Sevilla en noviembre, se decretó el inicio de la misión ClearSpace-1, que ya es una realidad.
La película de Wall-e hecha realidad
El principal objetivo de ClearSpace-1 es sacar de su órbita a VESPA (Vega Secondary Payload Adapter), un adaptador de carga propiedad de la ESA, que después de un vuelo del lanzador Vega en 2013 se quedó varada en órbita, a unos 600 kilómetros de la superficie terrestre. Con una masa de 100 kg, VESPA tiene un tamaño cercano al de un satélite pequeño y una constitución robusta y relativamente sencilla.
Para retirarlo se va a utilizar un microsatélite de fabricación suiza. Se puede decir que es una especie de lavadora con brazos robóticos con los que atrapa a VESPA. De tener éxito, ClearSpace-1 se encontrará con VESPA en algún punto de su órbita. Sus brazos robóticos la atraparán y la dejarán firmemente asegurada. Entonces ambos se enfrentarán a su final irrevocable: caer a la atmósfera terrestre donde se desintegrarán en llamas antes de tocar el suelo.
La misión forma parte de un nuevo programa de la ESA, el llamado ADRIOS (Active Debris Removal In-Orbit Servicing) para el desarrollo de tecnologías de guía, navegación y control, y métodos de encuentro para desorbitar satélites muertos o en pedazos, como es el VESPA. Será llevada a cabo por un consorcio comercial liderado por la empresa Clear Space, formada por investigadores en desechos espaciales con sede en el Instituto de Investigación de la Escuela Politécnica Federal de Lausana. El lanzamiento está previsto para 2025.