Corea: casi 70 años sin ver a sus hermanos

Dentro de la actual distensión, las dos Coreas preparan para agosto una reunión de familias separadas por la guerra, sin contacto desde la división entre el Norte comunista y el Sur capitalista

Corea: casi 70 años sin ver a sus hermanos

Pablo M. Díez

Publicado el - Actualizado

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La Guerra de Corea, que duró de 1950 a 1953, dividió a millones de familias en el Norte y el Sur, separados por la frontera cerrada del Paralelo 38. Desde entonces, hace ya casi setenta años, los familiares de uno y otro lado no han podido verse y muchos de ellos no saben nada de los otros porque no hay contactos entre las dos Coreas. Dentro de la actual distensión con el régimen de Kim Jong-un tras sus cumbres con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el estadounidense, Donald Trump, las autoridades de Seúl y Pyongyang ya preparan un encuentro de familias separadas entre el 20 y el 26 de agosto.

Organizado por la Cruz Roja, dicho encuentro reunirá a unas 200 familias de cada lado y es uno de los resultados más concretos del acercamiento entre las dos Coreas, ya que el último fue hace tres años. Desde el año 2000, casi 20.000 familiares de ambos lados han podido encontrarse en una veintena de reuniones cara a cara, mientras que más de 3.700 lo han hecho por videoconferencia. Pero más de la mitad de los 130.000 surcoreanos que lo habían solicitado han fallecido ya y la inmensa mayoría de los 57.000 que esperan han superado los 80 años. Para los afortunados que resulten elegidos por sorteo para esta nueva reunión, será la última oportunidad de abrazar a sus seres queridos.

Como en ocasiones anteriores, tan emotivos reencuentros tendrán lugar en el complejo turístico del monte Kumgang, construido por el Sur en territorio del Norte. Según informa la agencia Yonhap, la Cruz Roja surcoreana ya ha empezado a preparar la reunión seleccionando al azar a 500 candidatos, elegidos según su edad, antecedentes familiares y estado de salud para poder aguantar un viaje de varios días al otro lado de la frontera. La información de la mitad de ellos será enviada al Norte para buscar a sus parientes, pero solo un centenar de cada lado podrá reencontrarse con ellos.

Sin solución, este es uno de los mayores dramas humanos que dejaron la Guerra de Corea y la división del país entre el Norte comunista y el Sur capitalista a la altura del Paralelo 38. “Me escapé en 1951 cuando el Ejército del Norte tomó mi pueblo en la provincia de Hwanghae para reclutar a los jóvenes”, contaba recientemente Choi Byeong-duk, quien tenía 19 años entonces y ya ha cumplido los 85. Cuando huyó con tres sacos de arroz y el anillo de su madre a la vecina isla de Gyodong, desde la que veía el castaño de su calle, pensó que sería solo por tres meses hasta que pudiera regresar a su casa. “Pero han pasado ya 67 años y no sé nada de mis hermanos”, se lamentaba en febrero con lágrimas en los ojos durante el homenaje a los ancestros que tuvo lugar en el Parque de la Paz de Imjingak, desde donde se divisa Corea del Norte al otro lado del congelado río Imjin. En pleno Paralelo 38, cientos de surcoreanos celebraron el primer día del año nuevo lunar recordando a sus familiares que se quedaron en el Norte, de los que no tienen información alguna porque la frontera está cerrada por un campo de minas y no hay comunicaciones entre los dos países.

Para los participantes en esta ceremonia, donde las emociones estaban a flor de piel, lo peor no era no saber nada de sus parientes al otro lado, sino ser conscientes de que les quedan pocos años de vida y es probable que se vayan de este mundo sin haber abrazado por última vez a su familia.

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