Descubre los países que siguen utilizando la pena de muerte

En Estados Unidos han sido ejecutadas 1.482 personas desde 1976 

Descubre los países que siguen utilizando la pena de muerte

Iván Mosquera

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Esta semana Estados Unidos ha ejecutado a dos presos en Texas. Con ellos, son diez los fallecidos en el corredor de la muerte en lo que va de año en Texas y diecisiete en todo el país. Siempre que hablamos sobre la pena de muerte nos parece algo lejano y extraño, pero no lo debería ser tanto. Hay muchos países que la siguen utilizando. Según datos ofrecidos por Amnistía Internacional, durante 2017 se registraron 993 ejecuciones en 23 países, lo que supuso una reducción del 4% respecto al 2016. En cuanto a las condenas, la cifra es mucho más elevada llegando a las 2.591 personas condenadas a muerte en 53 países.

En nuestro país la última ejecución se produjo en septiembre de 1975. Fueron fusilados: Jon Paredes, Ángel Otaegi, José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz y Humberto Baena. La abolición de la pena de muerte llegó con la Constitución de 1978, exceptuando los casos que la legislación militar establecía en tiempo de guerra, que fueron abolidos un poco más tarde, en 1995. Pese a esto, en el artículo 15 de la constitución se sigue haciendo alusión a la excepción de los casos militares en tiempos de guerra…

Si salimos fuera de nuestras fronteras podemos ver como la pena de muerte sigue estando vigente en numerosos lugares del mundo.

Descubre los países que siguen utilizando la pena de muerte

PAÍSES CON MÁS CONDENAS

Si hiciésemos una clasificación de los países con mayor número de muertes, a todos nos vendrían tres nombres a la cabeza con total clarividencia: China, Irán y Arabia Saudí. Sin duda, este trío es el más conocido en lo que a ejecuciones se refiere, pero a ellos tenemos que añadir a Pakistán e Irak.

Los datos son abrumadores. En 2017, China sentenció a muerte a casi 1000 personas según ha podido indagar Amnistía Internacional. Esta incertidumbre se debe a que el gobierno chino no da información sobre las ejecuciones por considerarlo secreto de estado.

Obviando la magnitud del dato anterior, el 84% de las ejecuciones de todo el planeta se las reparten entre los otros cuatro países mencionados anteriormente. En Irán 507 personas fueron ejecutadas, de las cuales, 31 fueron públicas. Y el resto no se queda a la zaga, en Arabia Saudí se ejecutó por pena capital a 146 personas, 125 en Irak y más de 60 en Pakistán.

PAÍSES DEMOCRÁTICOS CON PENA DE MUERTE

Uno de los casos que sorprende al mundo es el de Estado Unidos. Los jueces americanos condenaron en 2017 a un total de 41 personas al corredor de la muerte y se acabó ejecutando a 23. Además, es el único país de todo el continente americano en el que se lleva a cabo la pena capital. Desde que el Tribunal Supremo restituyó la pena de muerte en 1976, en Estados Unidos han sido ejecutadas 1.482 personas, la mayoría -554- en el estado de Texas.

En Japón las ejecuciones se llevan a cabo en la horca. Se avisa al condenado la misma mañana de la ejecución y se le da la posibilidad de elegir su última comida. Las autoridades no avisan a los familiares hasta después de la ejecución y los nombres y delitos se hacen públicos. En lo que respecta a número de condenas, en 2009 había 95 personas a la espera de ser ejecutadas.

Y en Rusia, existe la posibilidad a ser condenado a muerte pero llevan más de 20 años sin ejecuciones. Precisamente desde 1996, fecha en la que Rusia ingresó en el Consejo de Europa.

MENORES

Según Amnistía Internacional, en 2017 hubo condenas a muerte de personas que eran menores de 18 años en el momento del delito en países como: Bangladesh, Irán, Maldivas, Pakistán y Arabia Saudí. El caso de Irán es el más significativo porque condenó a muerte a 80 menores de edad, en el momento del delito, y de todos ellos, 5 fueron ejecutados.

Parece impensable que en pleno 2018 se sigan llevando a cabo sentencias a muerte y ejecuciones por decapitación, ahorcamiento, inyección letal y arma de fuego. Los datos y las dinámicas indican que cada año se reduce el número de países que siguen utilizando estos métodos. Además, los expertos en la materia coinciden en indicar que este tipo de condenas no disuaden contra el crimen y son irreversibles, no pudiendo descartar el riesgo de ejecutar a personas inocentes.