El desolador testimonio del vecino del asesino de Nueva Zelanda
"Tenía amigos en la mezquita, no puedo creer que lo hiciera mi vecino"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El atentado a las dos mezquitas de la ciudad Christchurch mantiene conmocionada a la sociedad neozelandesa. Más si cabe después de que el número de fallecidos haya aumentado hasta las 50 personas durante esta madrugada. Asimismo, 2 víctimas siguen en estado crítico, y su recuperación todavía parece incierta.
Sin embargo, de lo que no cabe ninguna duda, así lo ha comunicado la policía neozelandesa, es que el autor de la masacre es Brenton Tarrant, un australiano de 28 años marcado por una profunda ideología supremacista y antiinmigrante. Aunque él, como australiano, residía en Nueva Zelanda.
Así, el corresponsal de COPE, Pablo Díez, se ha desplazado hasta Dunedin, la ciduad donde vivía el tirador, para hablar con los vecinos de esta urbe a 330 kilómetros al sur de Christchurch, donde se produjo la matanza. Concretamente hasta la calle Somerville, donde habitaba Tarrant, en una ciudad con gran influencia arquitectónica británica. Un suburbio de casitas de maderas con jardín y con gran seguridad para todos hasta ahora. Un lugar donde, según ha informado Díez, el clima era de total confianza entre vecinos y donde las viviendas no necesitaban sistema de seguridad.
En Somerville, donde residía de alquiler Tarrant hasta días antes de la masacre, el corresponsal de COPE, Pablo Díez, ha hablado con uno de sus vecinos, un egipcio de 60 años que se mostraba en total estado de shock: "Ha sido todo una sorpresa, me encuetnro en shock. Tenía amigos en la mezquita de Christchurch". De hecho, Díez completaba la información explicando que el hombre incluso llegó a llamar a sus amigos al teléfono sin recibir respuesta antes de ver el atentado en las noticias. Lo que no podía imaginar era que el autor de la matanza vivía en la casa de al lado.
En la entrada de la casa de Tarrant permanece la policía e incluso han llegado a acudir especialistas artificieros con robots porque se sospechaba que tuviera explosivos en casa. Por otra parte, la alarma contra paquetes explosivos también ha llegado hasta el aeropuerto de Dunedin, donde se ha cortado el tráfico aéreo por la presencia de un 'paquete sospechoso'.
Por su parte, en Christchurch, el escenario es de total consternación. El ataque ha supuesto un mazazo a la sociedad de un país con una convivencia social y religiosa idílica. De hecho, las comunidades musulmanes siempre se han mostrado acogidas en dicho país. Algo que, según Díez, se puede comprobar en que mucha gente se ha acercado a las mezquitas, tras su reapertura, con mensajes de "sois nuestros amigos, rezad tranquilos, vigiliaremos nosotros".