Dos abuelos alemanes quieren recuperar a sus nietas de Estado Islámico

Su madre, una alemana de Baden Württemberg, se convirtió al Islam y viajó a Siria para combatir por Estado Islámico

CAMPAMENTO DE DESPLAZADOS EN SIRIA

Rosalía Sánchez

Publicado el - Actualizado

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Tienen dos y cuatro años de edad. Su madre, una alemana de Baden Württemberg, se convirtió al Islam y viajó a Siria para combatir por Estado Islámico. Falleció en la batalla de Al Baguz, último reducto yihadista en la frontera con Irak. Las dos niñas fueron conducidas entonces al campamento de al-Haul, junto con otros 76.000 refugiados que permanecen hacinados allí, muchos de ellos a la espera de juicio, sin las mínimas garantías sanitarias y mucho menos educativas. Sus abuelos, desde Alemania, han emprendido una cruzada para recuperarlas de las garras de la yihad y han puesto en marcha una campaña para movilizar la maquinaria diplomática germana. El gobierno alemán es reticente a devolver a territorio alemán a combatientes de Estado Islámico y sus familiares, por comprensibles motivos de seguridad. Incluso recientemente ha legislado la retirada de pasaporte alemán a muchos de ellos. Pero estas niñas “son inocentes”, defienden los abuelos desde la cadena pública de televisión alemana NDR.

Los servicios alemanes de inteligencia calculan que desde 2013 han viajado unas 1.050 personas desde Alemania a las zonas de conflicto en Siria e Irak con la intención de sumarse a la yihad. Durante su estancia en esos países, tanto hombres como mujeres reciben entrenamiento militar y son formados en técnicas y tácticas terroristas básicas. Las mujeres son a menudo destinadas, hasta que nacen sus primeros hijos, a patrullas policiales que hacen cumplir en las calles la sharia, la ley islámica que incluye códigos de vestimenta y comportamiento del buen musulmán. Van armadas con kalashnikov y se ocupan de vigilar a la población femenina. Entre los alemanes que siguen allí hay más de 40 condenados por actos terroristas y unos 270 mujeres y niños, alemanes o nacidos de padres con pasaporte alemán. El 75% de esos niños tiene menos de tres años, por lo que se deduce que nacieron en las regiones controladas por los grupos terroristas islámicos. Solo en el área donde operan las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), lideradas por los kurdos, hay 44 mujeres alemanas pertenecientes al grupo terrorista EI y 78 niños.

“En al-Haul no hay condiciones sanitarias en las que puedan crecer dos niñas que, por otra parte, están allí expuestas a todo tipo de abusos”, denuncia el abogado de Hannover Dirk Schoenian, contratado por los abuelos para defender antes las instituciones alemanas la repatriación de las niñas. El problema es que Alemania no tiene Embajada en Siria ni servicios consulares. El gobierno de Irak se ha ofrecido a mediar en este tipo de casos, pero a cambio de unas ayudas que vienen a sumar 10 millones de dólares por cada prisionero repatriado.

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