El humillante precedente que Theresa May quiere evitar a toda costa

En 1978, Jim Callaghan perdió por un voto y precipitó la convocatoria de las elecciones generales que acabaron con Margaret Thatcher como primera ministra

El humillante precedente que May quiere evitar

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Han llegado las horas claves para el Brexit. Theresa May se encuentra en un camino sin retorno hacia la que, todo apunta, que va a ser una derrota histórica. Las presiones son insoportables, pero la primera ministra sigue sin admitir sus propios errores.

El líder laborista, Jeremy Corbyn, ha propuesto varias alternativas entre las que se encuentran: un nuevo acuerdo con la unión evitando un segundo referéndum o convocar elecciones generales para formar un nuevo Gobierno.

Este martes en las horas previas a la votación definitiva, May tiene previsto hacer un último llamamiento a los diputados. Su intención, volver a Bruselas para intentar mejorar los términos del acuerdo. Para ello, tendría solamente hasta el próximo 21 de este mes.

Esta situación límite recuerda a la ya vivida por Jim Callaghan. Sus tres años en Downing Street, como primer ministro, concluyeron en el llamado “invierno del descontento”, con el país prácticamente paralizado por continuas huelgas sindicales, que dieron munición a la oposición conservadora. Una moción de censura, que Callaghan perdió por un voto, precipitó la convocatoria de las elecciones generales de 1979, que certificaron el ascenso de Margaret Thatcher. Callaghan perdió las votación por 311 Síes a 310 Noes.

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Ese precedente, en la memoria de todos los británicos, va a producir este martes una situación bastante llamativa. Ningún diputado puede perderse la histórica votación. El ejemplo más representativo de la importancia de la votación es el de la diputada laborista Tulip Siddiq. La política iba a ser sometida a una cesárea y ha tenido que retrasar el nacimiento de su bebé. Una votación histórica, como decimos, a la que nadie puede faltar.