La inteligencia alemana advierte contra la proliferación de muñecas salafistas
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El objetivo es que los niños musulmanes que crecen en Alemania no se contaminen con los estereotipos occidentales que transfieren los juguetes convencionales, por lo que comunidades musulmanas han comenzado a fabricar y distribuir a través de las redes sociales estas muñecas contra las que advierten los servicios secretos alemanes. “El Salafismo se vuelve más proselitista y se dirige a edades cada vez más tempranas”, ha declarado a la televisión pública alemana el director de la Oficial de Protección de la Constitución, Burkhard Freier, que explica que solamente en el estado federado de Renania Norte- Westfalia viven unas cien familias salafistas que adoctrinan a sus hijos en la radicalidad del Islam.
El muñeco masculino, sin rostro pero con todos los atributos del “buen musulmán” correctamente simbolizados, se llama “Jundullah”, que significa “soldado de dios”. “No es ninguna casualidad. Su ropa, los complementos para jugar con él, todo ello está referido sin duda a Estado Islámico”, señala Elhakam Sukhni, profesor de la Universidad de Colonia. Los valores que estos juguetes pretenden transmitir no son ningún secreto y en los anuncios publicados en Facebook puede leerse que el objetivo de su distribución es que “nuestros pequeños leones y leonas aprendan con naturalidad a través de los juegos el pudor natural y las actitudes que se esperan de ellos. Lo del pudor parece referirse especialmente a las muñecas con forma femenina y cubiertas totalmente por un burka.
“No pueden tomarse a la ligera este tipo de productos dirigidos a niños de corta edad y que tienen sobre su educación un efecto profundo y duradero”, dice Freier, reivindicando el programa de prevención estatal de Renania Norte- Westfalia denominado “Wegweiser”. “Alrededor del 75% de las consultas que atendemos son de menores de edad”, advierte, señalando que la educación salafista en Alemania puede lograr en muy pocos años una generación mucho más radical e ideologizada que la actual.
Imágenes de la televisión pública alemana WDR
El número de salafistas en Alemania se ha duplicado ya en los últimos cinco años hasta alcanzar las alrededor de 11.000 personas, de acuerdo con los servicios secretos de interior. El número de islamistas radicalizados y potencialmente terroristas, los que mayor peligro entrañan para la población alemana y que son sometidos a vigilancia sistemática, ascendía en 2013 a unos 5.500. Aunque las derrotas bélicas de Daesh en Siria e Irak han aminorado la proporción de crecimiento, el investigador Michael Kiefer, especialista en Estudios Islámicos, considera que se mantiene un crecimiento sostenido. Kiefer, que investiga los procesos de radicalización política con fines preventivos en el Instituto para la Teología Islámica de la Universidad de Osnabrück, en Baja Sajonia, asegura que Daesh insta a sus seguidores a mantenerse durmientes en los lugares donde viven apelando a las redes sociales y advierte que sigue habiendo un grupo de predicadores muy activo que continúa realizando labores de agitación.
Explica también que el crecimiento del número de yihadistas peligrosos es mayor en las grandes ciudades y en los Bundesländer más pequeños. “Tomemos como ejemplo a la región del Ruhr, con sus nueve millones de habitantes: allí nos topamos con más nodos de la red salafista que en el Bosque bávaro o en el Sauerland. Pero debemos ser cuidadosos al referirnos al crecimiento de la escena salafista en determinadas localidades porque sus miembros se movilizan con facilidad y están muy bien conectados entre ellos y organizan en pocas semanas mudanzas de familias enteras que siembran la semilla en ciudades en las que antes no había ninguna. Eso diferencia a los islamistas radicales de los extremistas de derecha; tengo la impresión de que los últimos están más arraigados en sus respectivas regiones”.