Japón comienza a liberar al mar agua radioactiva de Fukushima: El tritio, la gran preocupacIón
Hay sospechas de que ingerido en grandes cantidades puede provocar cáncer.
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Japón comienza hoy a liberar al Pacífico agua radioactiva, aunque tratada, de la central de Fukushima, si no hay imprevistos. Un millón de toneladas, el equivalente al agua necesaria para llenar 500 piscinas olímpicas. El vertido, que se demorará durante décadas, cuenta con las bendiciones de la OMS y del Organismo internacional de la Energía Atómica de Naciones Unidas.
El agua de Fukushima se compone del agua contaminada durante el proceso de enfriamiento de los reactores dañados y el combustible fundido a raíz del accidente nuclear desencadenado por el terremoto y tsunami de marzo de 2011, así como de filtraciones de agua de lluvia en las instalaciones durante estos más de diez años.
Ha estado almacenada en tanques tras someterse a un exhaustivo procesamiento para eliminar la mayoría de los elementos radiactivos, pero los recipientes y el espacio de almacenamiento físico en las instalaciones está llegando a su límite.
En un comunicado, el Organismo internacional de la Energía Atómica recuerda que durante los últimos dos años, ha llevado a cabo una revisión detallada de los aspectos relacionados con la seguridad del manejo y descarga de agua tratada por ALPS y que publicó su informe completo el 4 de julio de 2023. Entonces, el agua almacenada en los tanques superaban el millón trescientas mil toneladas.
El informe concluyó que el enfoque y las actividades para esta descarga son consistentes con las normas de seguridad internacionales pertinentes y tendrían un impacto radiológico insignificante en las personas y el medio ambiente.
El desagüe al mar comienza hoy
“No creo que sea una decisión precipitada, porque en algún momento tiene que liberarse del agua que están almacenando- asegura en declaraciones a COPE el ecólogo Arturo Ariño-.
El agua que van a verter ya está filtrada y además el desastre de Fukishima ocurrió hace muchos años, y la mayoría de los isótopos que en su día pudieron causar problemas, sobre todo el yodo, ya han desaparecido porque tienen una vida muy cortita, por ejemplo en yodo, a los ocho días se reduce a la mitad, y a los ocho siguientes a la mitad”.
Pero en ese agua algo queda “los isótopos que son muy difíciles de separar, como el tritio y el carbono 14 -puntualiza el investigador-que ya están de forma natural en el ambiente, y debido a la oceanografía de la zona, a las corrientes que hay, lo más verosímil es que se dispersen hasta niveles indetectables”.
El tritio, la principal preocupación
Es, el único isótopo radiactivo preocupante que no se puede eliminar con los métodos actuales. Hay sospechas de que ingerido en grandes cantidades puede provocar cáncer. Se emplea como parte del combustible nuclear que impulsa la generación de energía en las centrales. Y lo conoces, porque es el único elemento permitido para producir luminiscencia, por ejemplo, en las esferas de los relojes o en los visores de las armas.
“Está en niveles muy pequeñitos, de hecho a mi me da pena que se pierda ese tritio porque dentro de poco lo necesitaremos para los reactores de fusión, y efectivamente tiene poco riesgos, solo es peligroso si se ingiere, pero hay que ingerirlo en grandes cantidades”explica el profesor Ariño. La información que ofrece la OIEA indica que el nivel de tritio en el agua de Fukushima es una cuadragésima parte inferior a los estándares internacionales,. Aun así, se medirán los niveles antes de cada descarga.
Tanto el tritio como el carbono 14 están en el ambiente y en nosotros. El carbono 14 lo vamos adquiriendo a lo largo de nuestra vida “tiene un tiempo de desintegración largo, de más de 5000 años. Todos los organismos lo acumulan, y es la forma que tenemos de saber cuantos años tiene cualquier animal, una concha, un resto o cualquier cosa que encontremos en un yacimiento, midiendo cuanto carbono 14 le queda”
Nos recuerda Arturo Ariño que “en nuestro cuerpo tenemos elementos radiactivos. Usted ahora en su cuerpo tiene unos 4 decaelios de potasio radiactivo, que no nos causa mayor problema; sí que es cierto que cantidades grandes son problemáticas, pero en el caso de Fukushima no es esperable que causen problemas detectables”.
Tranquilidad en la comunidad científica
La OIEA mantendrá presencia en Fukushima, y hará seguimiento constante del vertido, según anuncia en un comunicado oficial. De hecho el pasado mes de julio abrió una sede local . La solvencia de los organismos internacionales que han avalado la decisión, y los datos científicos publicados, dan tranquilidad al investigador, “Chernobil produjo bastante más y aún estamos viendo los efectos y sabemos cuales son los que causa un accidente de este tipo.
"En Fukushima no hubo muertes causadas por radiación -recuerda el ecólogo- aunque sí murieron 18.000 personas debido al tsunami. La radiación es algo que conocemos poco. Para mucha población cuando pensamos en radioactividad está en el mismo nivel que las personas estaban hace 200 años pensaba de la electricidad, una cosa nueva que está ahí y lo que no conoces te da miedo".
En Fukushima "hubo más problemas de salud por la ansiedad causada por el accidente que por el accidente en sí. Eso juega en la población. Las cosas que se desconocen dan miedo y esto solo se cura con educación en ciencia, si se educan, el miedo se diluye como un azucarillo en agua caliente”, conclye.
La preocupación
Los pescadores de la zona temen que su ya mermado prestigio tras el tsunami que destruyó la central nuclear se acreciente y temen que dejen de comprar y caigan los precios, porque han detectado bastante temor entre los habitantes
de la región. El Foro de las Islas del Pacífico también califica el plan de desacertado y prematuro por su impacto en la vida marina.
La organización ecologista Greenpeace en su página oficial condena la decisiónd el gobierno japonés al que acusa de “Este hecho ignora por completo los derechos humanos y los intereses de las personas en Fukushima, la sociedad japonesa en su conjunto y la región de Asia y el Pacífico”.
El el comunicado oficial aseguran que “En lugar de utilizar la mejor tecnología disponible para minimizar los peligros de la radiación almacenando y procesando el agua a largo plazo, han optado por la opción más barata”.
Greenpeace considera que el actual sistema para limpiar el agua que será vertida, conocido como ALPS, es un “fallo” y que se trata de un “mito” que este agua deba ser vertida al océano con el fin de desmantelar la central. Pero el único país que ha puesto restricciones a la importación de pescado y sal marina japoneses es China.