Khashoggi: Los misterios que rodean el asesinato del periodista saudí un año después

El investigador de CIDOB, Eduard Soler, explica en COPE.es las claves de este asesinato 

José Melero Campos

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Este dos de octubre se cumple un año desde que el periodista Jamal Khashoggi fuese asesinado en el Consulado de Arabia Saudí en Estambul, hasta donde se dirigió para tramitar una gestión que le permitiese casarse con su pareja. 365 días después son muchos los misterios que esconden este crimen, aunque todo hace indicar que las altas esferas del poder en Arabia Saudí estuvieron detrás. El espionaje turco grabó las conversaciones que mantuvieron en el interior de la embajada el propio Khashoggi y los miembros de los servicios de inteligencia saudíes. Según dichos audios, el periodista fue drogado y asfixiado cubriéndole la cabeza con una bolsa de plástico.

Se sabe que su cadáver fue descuartizado, pero sus restos nunca fueron hallados: “Según las filtraciones turcas, el cadáver fue quemado o destruido de alguna forma. Es uno de los dramas de sus allegados, no tener el cuerpo para rendirle culto”, apunta a COPE.es el investigador de CIDOB (Centro de Investigaciones Internacionales de Barcelona), Eduard Soler. Por otro lado, el escenario del crimen quedó limpia de posibles pistas.

El caso Khashoggi marcó un punto de inflexión en la represión del gobierno de Arabia Saudí, tal y como afirma Soler: “Era una persona incómoda para el Príncipe Heredero, Mohamed Bin Salmán, y para su círculo más íntimo, lo que le hizo exiliarse. Realmente el periodista no era un disidente, es decir, no abogaba por un cambio de régimen e instaurar una república, sino que defendía una modernización del Estado, y esas críticas molestaban. Por ello, el Príncipe decidió acabar con estas voces discordantes, en este caso asesinando a Khashoggi e infundiendo miedo a quienes pretendieran seguir por esta vía.”

De esta manera, su asesinato era una forma de marcar los límites, y estos eran ni más ni menos que no se podía criticar al Príncipe Heredero saudí: “Khashoggi era crítico sobre todo con la política exterior del gobierno, en lo que se refiere a Turquía u Oriente Medio. Por tanto, aquello fue un escarmiento para quienes planteaban un cambio de estrategia en la política exterior del país.”

No obstante, el investigador apunta que este asesinato dañó la reputación de Arabia Saudí: “El perfil de Khashoggi era el de una figura bien conectada internacionalmente.”

Tras lo ocurrido hace un año, el gobierno de Arabia Saudí afirmó haber detenido a 18 personas, de las cuales once fueron imputadas. Actualmente, se desconoce si continúan en prisión a la espera de juicio. En la primera sesión del juicio la única de la que se tiene constancia, se pidió pena de muerte para cinco de los implicados, pero sus identidades no trascendieron. Para el investigador de CIDOB, “no es más que un intento por demostrar que se está investigando, pero dudo que tenga más recorrido. Suele ocurrir en los regímenes autoritarios. Pero no es posible que los dirigentes saudíes no conocieran las intenciones de asesinarle.”