Kiev resiste y afronta el cuarto día de guerra mientras occidente intenta aislar económicamente a Rusia

La idea de 'guerra relámpago' que esperaba Putin se desvanece con el paso de las horas y los bombardeos continúan en distintos puntos del país

Kiev resiste y afronta el cuarto día de guerra mientras occidente intenta aislar económicamente a Rusia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Ucrania afronta el cuarto día de guerra tras varios días resistiendo el asedio de Rusia en Kiev, con un toque de queda vigente hasta este lunes. Lo que Putin esperaba que fuera una 'guerra relámpago' continúa. Además, en la noche de este sábado, Estados Unidos y la Unión Europea han anunciado su intención de excluir a "determinados" bancos rusos del sistema internacional Swift.

En la madrugada de este domingo, se han vivido dos fuertes explosiones a unos 30 kilómetros de Kiev, en la región de Vasylkil. Las detonaciones han tenido lugar cerca del segundo aeropuerto principal de la capital, en una región que cuenta con múltiples tanques de combustible que podrían haberse incendiado debido a las explosiones. La alcaldesa de la ciudad, Natalia Balasynovych, grabó un mensaje de Facebook para los residentes asegurando que la noche "será difícil" pero recordando el compromiso del país de mantenerse "firmes" y asegurando que conseguirán la victoria.

Ucrania ha estimado en más de 100.000 hombres la fuerza invasora rusa, cuya primera oleada ha sido frenada por las defensas ucranianas, que también han impedido el cerco de la capital. "En nuestra tierra hay más de cien mil invasores que disparan vilmente contra los edificios de viviendas", aseguró este sábado el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

El esperado cerco de Kiev tendrá que esperar. También resisten la ciudad industrial de Járkov, situada a escasos kilómetros de la frontera rusa, y el puerto de Mariúpol, en el mar de Azov, crucial para tender un corredor terrestre con la anexionada por Rusia península de Crimea.

En la jornada de este sábado, el ejército ucraniano fue capaz de repeler un importante ataque en una guarnición militar. El objetivoera hacerse con el control de la "línea roja" de metro que lleva directamente al corazón de la ciudad, la plaza de la Independencia (Maidán). Por ese motivo, el metropolitano cerró sus puertas hasta nueva orden y el Ayuntamiento impuso un toque de queda de cinco de la tarde a ocho de la mañana que se prolongará hasta el lunes por la mañana.

Por otro lado, además de recomendar a los kievitas que no salgan a la calle ni se asomen a las ventanas o balcones, el Ministerio del Interior agilizó la distribución de armas entre la población. Se repartieron más de 25.000 unidades, a lo que hay que sumar miles de balas, lanzagranadas y granadas.

"Kiev se defenderá, se defenderá hasta el final. Veo con orgullo cómo la gente defiende su ciudad, sus pueblos, sus calles, sus casas. Todo aquel que tomó un arma es un hombre libre de un país libre. Hoy, Ucrania somos nosotros. Y nosotros somos Ucrania. ¡Resistiremos!", declaró Denís Monastirski, ministro del Interior.

El ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy Réznikov, ha asegurado que más de 3.000 invasores fueron eliminados y otros 200 han sido apresados desde el jueves. "Más de 55 horas de resistencia. El número de prisioneros de guerra crece. No esperaban tanta resistencia y se están entregando", señaló.

Réznikov llamó a los ucranianos a impedir con cualquier medio el avance de las columnas de tanques rusos, que obligatoriamente se desplazan acompañados de camiones con combustible. Para ello, el partido del alcalde de Kiev, Vitali Klitschkó, publicó la receta para fabricar un cóctel molotov, que, recordaron, fue utilizado por los finlandeses contra los tanques rusos en la Guerra de Invierno (1939-1940).

Las milicias prorrusas prosiguieron su avance en el Donbás y ya han tomado varias localidades estratégicas, como Stanitsa Luhanska, antiguamente uno de los pocos pasos seguros en la línea de separación de fuerzas. La que no han podido invadir ha sido Mariúpol, que ya resistió en 2014 los continuos embates de los rebeldes y ahora sigue en pie ante la nueva ofensiva rusa.

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