El otro frente de Putin: la expansión en el Ártico por combustibles y las nuevas rutas comerciales

El deshielo ha provocado que los países traten de expandirse por el Ártico para hacerse con reservas de petróleo y gas natural y dominar las futuras rutas comerciales en el norte

El otro frente de Putin: la expansión en el Ártico por combustibles y las nuevas rutas comerciales

Sergio Muñoz González

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

En plena guerra de Ucrania, Rusia no pierde de vista otro conflicto en el que se encuentra inmerso para aumentar su poderío. El escenario de este enfrentamiento es el Ártico y el cambio climático ha puesto en primer plano de nuevo esta disputa. Rusia, Estados Unidos, Canadá, Noruega y Dinamarca son los cinco países que tienen entrada al Ártico y que pugnan por tener una mayor influencia en esta zona helada. El motivo de este interés en aumentar su dominio es que el cambio climático está provocando un deshielo que facilitan las actividades en el territorio.

Esto es especialmente relevante debido a que el Ártico posee grandes reservas de petróleo y gas natural. El Instituto de Investigaciones Geológicas de Estados Unidos calcula que el 30% del gas y el 13% del petróleo mundial de reservas desconocidas se concentran en el Ártico. Es decir, debajo de esa gran masa helada se estima que hay reservas de hasta 90 billones de barriles de petróleo y hasta 83 billones de metro cúbico. Se calcula que de todas estas reservas potenciales, Rusia podría poseer el 70%. Además, se han descubierto manganeso, plomo, oro, platino y diamantes. Esto se conoce como la 'paradoja ártica', que consiste en que el calentamiento global está abriendo la posibilidad de acceder a nuevos recursos energéticos que fomentarán este problema.

Por otro lado, el deshielo está abriendo nuevas posibilidades de rutas comerciales. El norte de Canadá y Alaska permitiría pasar desde el Océano Atlántico al Pacífico, surgiendo una nueva vía que el Canal de Panamá. En el norte de Rusia, se abriría una vía de transportes entre el Océano Atlántico al Pacífico, una ruta que ya se puede transitar durante dos meses al año. El problema para estos países es que estas dos rutas comerciales podrían tardar muchos años en generarse y Vladímir Putin ya anunció sus intenciones de acelerar el proceso con una flota de rompehielos nucleares. Para todo esto, Rusia está desarrollando una estrategia en el Ártico que requiere una gran inversión para expandirse y ahora con la guerra de Ucrania sus recursos se están centrando en la invasión.

El otro frente de Putin: la expansión en el Ártico por combustibles y las nuevas rutas comerciales

Los planes de Putin para expandirse por el Ártico

Esto está haciendo que Rusia haya desarrollado durante los últimos años una estrategia para expandirse por el Ártico y poder tener un mayor crecimiento. Los países ven esta catástrofe climática como una oportunidad de negocio en cuanto a transporte marítimo, extracción de hidrocarburos y algunos minerales. Putin tiene un gran interés por dominar la zona, pero existe un acuerdo, la 'Ley del Mar', por el que los territorios pueden "extender la zona económica exclusiva de un país más de doscientas millas siempre que exista plataforma continental. Rusia argumenta esta expansión en que en su costa esta la cordillera submarina Lomonosov y reclama un mayor control. Sobre estas tensiones, Vladímir Putin fue tajante en defender sus intereses un día después de los reproches de Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, en el Consejo del Ártico del pasado mayo: "Todo el mundo quiere mordernos y quitarnos algo. Pero deben saber, quienes intenten hacerlo, que les romperemos los dientes para que no puedan mordernos más".

Su plan de expansión se fundamenta en la creación del IAS Snowflake, unas instalaciones en los Montes Urales de "innovación bajo cero" para obtener energía de fuentes renovables e hidrógeno. El director del Instituto de Física y Tecnología de Moscú (IFTM), Yuri Vasiliev, trabaja en este ambicioso proyecto que pretende estar operativo en 2024 y desarrollar su actividad durante todas las épocas del año. "Estamos creando una instalación de prueba internacional interdisciplinaria a gran escala para realizar una variedad de operaciones experimentales con nuevos equipos y tecnologías. Será un puente entre la ciencia aplicada y las empresas industriales. El objetivo es probar y demostrar soluciones innovadoras en sistemas de almacenamiento de energía, estabilización térmica de suelos de permafrost, medicina ártica, telecomunicaciones de alta latitud, aeroponía e hidroponía o plataformas robóticas con inteligencia artificial", asegura Yuri Vasiliev.

En 2020, un informe del Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA) realizó un informe en base al desarrollo de las grandes potencias de expandirse por el Ártico. En estos documentos avisa de que el deshielo tendrá un gran un gran impacto en la seguridad del Ártico no solo por el aumento del nivel del mar, sino también por la ambición de estos países. "La disminución del hielo marino abrirá posibilidades económicas con rutas de envío transártico técnicamente viables, que coincidirá con el crecimiento de los intereses industriales. Esto provocará un mayor desarrollo de las infraestructuras, aumentará la presión sobre el ecosistema del Ártico e incluso tendrá como consecuencia conflictos emergentes entre los Estados del Ártico y los principales Estados no árticos", alertó el informe del IIASA.

El otro frente de Putin: la expansión en el Ártico por combustibles y las nuevas rutas comerciales

De esta manera, Rusia tiene abierto otro frente de conflicto en sus relaciones internacionales y todo indica que pretende continuar con su expansión. Las tensiones no solo son con los partidos del Consejo del Ártico (Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia, Suecia y Estados Unidos), sino que también permanecen atentos a los movimientos de Rusia países observadores como Francia, Alemania, Italia, Japón, Países Bajos, China, Corea del Sur, Reino Unido y España.