¿Qué pasa cuando los ciudadanos disponen de una renta básica?

La digitalización y la robotización están destruyendo muchos de los empleos que conocemos sin que tengamos todavía muy claras cuáles serán las nuevas ocupa

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Rosalía Sánchez

Publicado el - Actualizado

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Muchos gobiernos consideran necesario prepararse para tasas de paro mucho más altas que las que la economía soportó en el siglo XX y algunos de ellos están ya realizando experimentos. El Gobierno de Finlandia ha llevado a cabo un experimento en el que durante un año ha estado entregando una renta básica de 560 euros al mes libres de impuestos a un grupo de 2.000 parados de entre 25 y 58 años, que fueron elegidos al azar entre 175.000 personas de todo el país que percibían algún tipo de subsidio por desempleo. Tras doce meses, ha podido comprobar que la renta básica apenas incidió en su incentivo para buscar empleo ni modificó sus ingresos. “Los beneficiarios de la renta básica no fueron mejores ni peores a la hora de encontrar trabajo", explica Ohto Kanniner, coordinador del Instituto de Trabajo para la Investigación Económica y portavoz de Kela, la agencia de servicios sociales encargada del análisis del experimento. En concreto, los ciudadanos con la renta básica alcanzaron una media de 0,5 días más de empleo que el grupo de control al que no se le asignó la partida económica.

En cuanto al nivel de ingresos, los resultados del experimento reflejan que fueron 21 euros menos de media para los sujetos dentro del experimento que para los del grupo de control. “Sin embargo”, destaca el experto, “los destinatarios de la renta básica disfrutaron sensiblemente de mejor salud y mostraron menos síntomas de estrés y menor dificultad para concentrarse, además de una mayor confianza en el futuro y capacidad de influir en los problemas sociales”. El 66 % del grupo del experimento admitió haber percibido una gran o notoria mejoría en sus niveles de estrés. Solo un 17 % de los beneficiarios del ingreso se sintieron estresados.

El diseño del experimento preveía un año más de duración, pero el gobierno de Finlandia ha decidido cancelarlo de momento, dado que los datos económicos no resultan significativos en relación con las proyecciones de costes. Para sostener esa renta básica a toda la población del país, los impuestos deberían aumentar en torno a un 30 %, un nivel de empobrecimiento considerado como “insostenible” por el gobierno conservador de Sauli Niinistö que puso en marcha el experimento.

Finlandia, de todas formas, no es el único país interesada en pruebas de este tipo y pronto contaremos con más resultados que permitan evaluar el efecto de una renta básica generalizada para toda la población, de acuerdo a pruebas como la que se está realizando ya en ciudades holandesas como Utrecht y Groningen, con varios proyectos pilotos en funcionamiento. En Berlín, Alemania, está previsto que en mayo de 2019 un proyecto de renta básica denominado HartzPlus, con una muestra aleatoria de 250 beneficiarios de prestaciones estatales y otros 250 como grupo de control, que durará tres años y que será financiado por crowdfunding. También en Barcelona hay en marcha una prueba de renta básica, B-Mincome, que funciona desde octubre de 2017 y que durará hasta finales de 2019. En este caso el dinero procedente de fondos europeos se proporciona a mil familias participantes y otras quinientas sirven como grupo de control.

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