Ucrania, dispuesta a renunciar a la OTAN a cambio de que se garantice su seguridad territorial

Ucrania exige que se garantice la seguridad de su territorio con un acuerdo similar al artículo 5 de la OTAN para tener apoyo militar ante posibles ataques

Ucrania, dispuesta a renunciar a la OTAN a cambio de que se garantice su seguridad territorial

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La guerra de Ucrania ve la luz al final del túnel. Tras muchos días de negociaciones que no obtuvieron frutos, este martes representantes ucranianos y rusos han llegado a un principio de acuerdo tras unas conversaciones "constructivas".

El Gobierno de Rusia ha anunciado este martes que "reducirá drásticamente" sus operaciones militares contra la capital de Ucrania, Kiev, y la ciudad de Chernígov. Mientras que Ucrania se ha comprometido a mantenerse neutral y, por tanto, renuncia a entrar en la OTAN, como exige Vladímir Putin, siempre que Kiev cuente con garantías de seguridad en sus territorios.

Ucrania exige que Rusia ofrezca garantías de que no atacará los territorios pertenecientes al Gobierno de Kiev y parece que Moscú daría el visto bueno a esta demanda. Las garantías las otorgarían Estados Unidos, Francia, Turquía, Alemania, Canadá, Polonia e Israel con una acuerdo similar al artículo 5 de la OTAN.

"Queremos un mecanismo internacional que funcione, similar al artículo 5 de la OTAN", exigió el jefe de la delegación ucraniana, David Arahamiya. De esta manera, en caso de que Rusia u otro país intentara atacar el territorio de Ucrania, estos países deben ayudar de forma militar a Kiev para defenderse y decretar zona de exclusión aérea sobre el país.

Según este acuerdo, Ucrania se mantendría neutral a la OTAN sin tener en su territorio armamento militar de la Alianza Atlántica, pero parece que Moscú cedería ante una posible inclusión de Ucrania a la Unión Europea. El jefe de la delegación rusa, Medinsky, no ha asegurado que vayan a respetar esta posible unión al organismo comunitario, pero reconoce que es una de las peticiones de Ucrania.

Esto supone un cambio de dirección en la estrategia de Vladímir Putin, que parece que renuncia a un control total de todo el territorio de Ucrania y se limita a controlar su gran punto de interés, la salida al mar. Es una estrategia similar a la que hizo en Georgia y Moldavia, países a los que no invadió por completo, sino que se conformó con dominar ciertas zonas que eran de su interés.

El control del Donbás, el punto crítico de las negociaciones

El problema para Ucrania es que aunque se llegue a la paz, Rusia estaría provocando un reparto territorial de un territorio que no le pertenece y ocuparía toda la zona del Donbás y Crimea que es la que da acceso al mar.

Por tanto, este es el punto de mayores discrepancia, ya que se desconoce hasta donde va a tensar la cuerda Vladímir Putin para conseguir el dominio de esa zona. Zelenski, por su parte, asegura que no tolerará que alguna región de Ucrania pase a manos de Moscú y reclama la soberanía total de todo el territorio ucraniano.

Mijailo Podoliak, negociador y asesor de la Presidencia de Ucrania ha diferenciado estas conversaciones y puntos de acuerdo del asunto sobre mantener el dominio de Crimea y el Donbás: "Tendrá una cláusula separada del acuerdo. Mantendremos conversaciones con Rusia sobre Crimea durante 15 años, durante los cuales no habrá hostilidades". Sobre este aspecto, el jefe de la delegación rusa afirmó que se van a transmitir estas exigencias a Vladímir Putin.

Por otro lado, otras exigencias de Rusia parece que han sido descartadas desde el propio Kremlin. Zelenski y su equipo de Gobierno fue calificado de "nazis y drogadictos" y aseguraron que acabarían con su liderazgo.

Después de haberlo intentado asesinar hasta en tres ocasiones, Rusia asegura que reconocen a Zelenski como el presidente legítimo de Ucrania, por lo que se descartaría un presidente títere al servicio del Kremlin para liderar Ucrania.

Además, Rusia exigía la oficialidad del idioma ruso, algo que parece no preocupar mucho a Ucrania debido a que en la actualidad millones de ucranianos dominan este idioma y no supondría una exigencia que comprometa al país.

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