La última prueba para Merkel
Unos 4,38 millones de alemanes deciden este domingo la composición del Parlamento regional de Hesse
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Se trata de unas elecciones regionales en las que, más que evaluar los cinco años de un gobierno sin sobresaltos formado por los conservadores y los verdes, lo que se está jugando es la supervivencia de la gran coalición gubernamental de Angela Merkel. El grave retroceso que sufrieron la Unión Socialcristiana (CSU), partido hermanado de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, y los socialdemócratas del SPD en las elecciones bávaras hace dos semanas ha sido leído como un castigo a la gran coalición de Berlín Hesse no hará más que añadir presión a la alianza. Los grandes partidos culpan al ministro de Interior Horst Seehofer (CSU), por los constantes pulsos internos que ha mantenido contra la política migratoria del gobierno, y se rumorea que tendrá que dimitir y hoy las urnas insisten. Y el último Politbarometer de la televisión pública ZDF augura una caída de diez puntos respecto a 2013 para el partido de Merkel, hasta el 28 %.
Ese mismo sondeo pronostica para el Partido Socialdemócrata (SPD) un 20%, diez puntos menos que en los comicios de 2013 y por momentos por detrás incluso de Los Verdes, que subirían nueve puntos. Si los socialdemócratas, liderados en Hesse por Thorsten Schäfer-Gümbel, quedan por detrás de Los Verdes y nuevamente fuera de un gobierno, la líder del partido en Alemania, Andrea Nahles, no podrá escapar a la presión de los suyos para abandonar la gran coalición, lo que forzaría a unas nuevas elecciones en Alemania.
Todos los ojos están puestos, además, en el partido antieuropeo y antiextranjeros Alternativa para Alemania (AfD), que hoy entrará en la última de las dieciséis cámaras regionales que le quedaba por conquistar tras acceder a la de Baviera y después de haber logrado en septiembre del año pasado pisar también al Parlamento federal. Los sondeos le dan el 12%.
Hesse se convierte también en un ejemplo de la nueva fragmentación que caracteriza ahora el mapa político alemán, durante décadas repartido en dos grandes partidos y que ahora, en esta región, ofrece la posibilidad de formar hasta siete diferentes coaliciones, según el sondeo más reciente del instituto demoscópico Forschung Wahlen, que publica "Süddeutsche Zeitung". Sólo una "coalición Jamaica" entre conservadores, verdes y liberales, llamada así por coincidir los colores de los partidos con los de la bandera de ese país, y la misma que no logró formarse tras las elecciones federales de septiembre pasado, contaría según las encuestas con una clara mayoría. También sería matemáticamente factible reeditar el gobierno entre conservadores y verdes; una gran coalición entre CDU y SPD; un tripartito de izquierdas con socialdemócratas, verdes y La Izquierda, liderado por los primeros o los segundos; y una alianza entre socialdemócratas, verdes y liberales, encabezada por SPD o verdes. Cualquiera de estas opciones contaría según los sondeos con el 48 % de los votos y sumaría una mayoría si se tienen en cuenta los márgenes de error de hasta un 3 %.
Pero Merkel ya ve venir un nuevo peligro y el jueves pasado advirtió en un acto de campaña en Fulda contra una posible coalición de izquierdas que, dijo, hay que evitar, por lo que subrayó que en las elecciones de este domingo en Hesse "cada voto cuenta".
Una coalición "roji-roji-verde es un peligro real", reiteró hoy en el acto final de campaña de los conservadores en Gießen la secretaria general de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, mientras que Bouffier afirmó que "nada va a mejorar con una alianza de izquierdas". "Si izquierda y verdes o a la inversa llegan al poder, será el declive para nuestro país", dijo, seguramente consciente de que esa es la nueva amenaza también a escala federal.