Rebelión popular en Myanmar: “La gente pide que los militares vuelvan a sus cuarteles”

“Hay protestas masivas y por la noche apagan internet mientras la policía realiza detenciones”, cuenta a COPE Phil Robertson, de HRW

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Manuel Ángel Gómez

Publicado el - Actualizado

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Los ciudadanos de Myanmar salen a diario a la calle a protestar por el golpe de Estado que ha dejado en manos del ejército las riendas del poder desde el 1 de febrero. “Ahora mismo hay protestas masivas en ciudades en todo Myanmar, manifestantes pacíficos que exigen sus derechos, y el restablecimiento de la democracia”, explica a COPE Phil Robertson, subdirector de Human Rights Watch para el Sudeste Asiático. Asegura que piden “que se respeten los derechos humanos, que los militares vuelvan a sus cuarteles, y reviertan su decisión de dar un golpe de Estado; y que permitan a la gente que siga con su vida con un gobierno democrático”. Además, “está en marcha un movimiento de desobediencia civil, en el que funcionarios y empleados de empresas privadas, empleados de los bancos, están dejando de trabajar, se han negado a ir a sus puestos de trabajo, porque no quieren trabajar con un gobierno militar”. Según Robertson, este movimiento lo iniciaron “en todo el país los profesores y el personal sanitario -médicos y enfermeros-, que también se han puesto en huelga”.

El levantamiento militar tuvo lugar después de que la Liga Nacional por la Democracia, el partido de la jefa de gobierno de facto, la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi arrasara en las elecciones de noviembre, acaparando el 83 por ciento de los escaños del Parlamento. El partido respaldado por el ejército no consiguió ni el 7 por ciento de los escaños, y los militares -tras quejarse de que hubo fraude en los comicios- dieron el golpe. Aung San Suu Kyi se encuentra bajo arresto domiciliario en su casa, “y es probable que continúe bajo arresto domiciliario durante un período bastante largo”, pronostica Robertson.

Con la intención de obligar a los militares a dar marcha atrás se ha creado espontáneamente “una gran coalición de diferentes grupos y personas, no hay un solo líder, es una organización horizontal de muchos grupos diferentes y personas trabajando juntas por una causa común, para luchar contra el golpe militar”, afirma este responsable de Human Rights Watch. Hasta ahora han sido detenidas “más de 450 personas, principalmente dirigentes de la Liga Nacional por la Democracia, autoridades del gobierno, una serie de activistas de los derechos humanos y de la sociedad civil, monjes, periodistas… y no está claro a donde se los han llevado, ni qué cargos han presentado contra ellos”. Muchos están incomunicados y a las organizaciones pro derechos humanos les preocupa que sean “golpeados o torturados bajo custodia policial”. “Hemos visto vehículos militares en las calles, circulando, y hemos tenido casos de uso de fuerza letal por la policía, que está haciendo lo que quiere, apoyada por los militares, que les están diciendo que actúen con dureza con los manifestantes”, indica Robertson.

La junta militar ha bloqueado plataformas digitales como Facebook, Instagram, WhatsApp y Twitter, aunque los manifestantes utilizan VPNs para saltarse los bloqueos. También están apagando internet durante las noches, "en las horas en las que envían a la policía a hacer detenciones”. El subdirector de HRW para el Sudeste Asiático afirma que los militares de Myanmar “se creen que son los salvadores de la patria, los únicos con derecho a gobernar, y el ejército no está dispuesto a llegar a un compromiso, y tiene que aplicarse más presión para obligarles a hacerlo”.

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