Chile, el último país latino contagiado por la inestabilidad política y social
Aunque Venezuela es el país más fracturado, las revueltas han sido una constante en países como Ecuador o Argentina
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Chile, considerado el país social y políticamente más estable de Sudamérica, revive estos días los fantasmas más oscuros de su historia, correspondiente a la Dictadura de Pinochet. Son ya diez los fallecidos tras los disturbios provocados por la subida del precio del billete de metro, que no ha dejado de ser una excusa para sacar a la calle a un amplio núcleo de población descontentos con la gestión de Sebastián Piñera al frente del país.
Y es que si bien es cierto que Chile es el país que más crece en América Latina, la calidad del empleo y los salarios están en retroceso, en buena medida por la caída del precio del cobre, principal producto de exportación del país. El Gobierno ha recurrido a las Fuerzas Armadas para devolver el orden al país contra los violentos, declarando además el pasado viernes el estado de emergencia en la capital, Santiago, y en otras ciudades como Concepción y Valparaíso.
Los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas del orden han sido una constante durante los disturbios. Tanto es así que el Instituto Nacional de Derechos Humanos presentará ocho acciones judiciales por las torturas registradas que han provocado heridos graves como consecuencia de los malos tratos y las vejaciones sexuales, entre otras vulneraciones.
Como hemos comentado, Chile podría tirar por la borda casi treinta años de democracia, que ha constituido un periodo de prosperidad económica desde 1990, y que se podría decir ha sido la envidia del continente. Está por conocerse la verdadera dimensión de estas manifestaciones que no han concluido, pero los expertos coinciden a la hora de afirmar que las últimas horas han sido las más violentas en Chile de las últimas décadas.
Chile se contagia de la desestabilización en Sudamérica
Pese a estar compuesto por países con realidades bien distintas, lo cierto es que la inestabilidad que impera en el Continente contagia a todos. Incluso el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, llegó a acusar a su homólogo en Venezuela, Nicolás Maduro, de impulsar las protestas tanto en el país ecuatoriano como en Chile. Una acusación que ha propiciado que Maduro llamase estúpido a Moreno: “Ahora me echan la culpa de todo a mí y a Venezuela", reflexionaba.
Responsabilidad de Venezuela o no, lo cierto es que la papeleta de Lenin Moreno en el país que gobierna no es sencilla. Las recientes protestas contra el Fondo Monetario Internacional dejaron cuatro muertos, medio millar de heridos y casi mil detenidos. Las fuerzas de seguridad ecuatorianas se saltaron, según denuncia el movimiento indígena que organizaba las movilizaciones, todo respeto a los derechos humanos.
“Ha tratado al pueblo como un enemigo. No ha respetado zonas de resguardo humanitario, lanzando bombas lacrimógenas donde están nuestros niños y mayores. Nos impidió la creación de corredores humanitarios para que los heridos lleguen a los hospitales. Y masacró a hermanos nuestros caídos con balas en el cuerpo, impactos de bombas, atropellados por caballos, golpeados e incluso lanzados al vacío desde un puente”, relataba uno de los manifestantes.
Aprovechando el estado de excepción decretado por el Ejecutivo, se procedió al cierre de los medios críticos. Las desigualdades sociales han hecho que los ciudadanos ecuatorianos hayan perdido la paciencia. El causante de las revueltas de octubre se remonta a marzo de 2019, cuando el FMI aprobó un programa de asistencia financiera para el país de 4.200 millones de dólares, siempre y cuando los dirigentes del país tomasen medidas que dinamicen la economía.
Las medidas adoptadas para este fin por parte de Lenin Moreno han provocado que los ciudadanos se rebelen, especialmente por la retirada del subsidio estatal a las gasolinas, lo que ha supuesto el aumento del 123% del precio de los combustibles.
Todo ello en un país que en los últimos tres años ha visto como las desigualdades han crecido de manera alarmante, hasta alcanzar a casi una cuarta parte de la población, según el estudio presentado en diciembre de 2018 por el Instituto Nacional de Estadística y Censo. El informe revela además que el 8% de los ecuatorianos sufren pobreza extrema.
Venezuela: el 90% de la población no tiene garantizado los alimentos
Es el país Latino que vive un mayor conflicto social. Las protestas son una constante entre sus ciudadanos que padecen los efectos de la aguda crisis económica. En las últimas horas, el presidente interino reconocido por buena parte de la Comunidad Internacional, Juan Guaidó, ha vuelto a llamar a sus seguidores para salir a las calles el próximo 16 de noviembre para protestar contra el Régimen de Nicolás Maduro.
No es para menos el descontento, si tenemos en cuenta que el 90% de los hogares no tienen ingresos suficientes para comprar alimentos, según la Encuesta de Condiciones de Vida 2018. La esperanza de vida cayó en la última década 3,5 años. En los últimos tres años, la pobreza creció diez puntos. En 2018 afectó al 51% de la población, mientras el 80% de las familias presentan riesgo de inseguridad alimentaria.
Los datos macroeconómicos tampoco mejoran las previsiones. El PIB venezolano se desplomó entre 2012 y 2017 un 37% de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Pese a que Venezuela posee el mayor suministro mundial de petróleo crudo, el desplome de sus precios en 2016 desencadenó una implosión económica que continúa en la actualidad.
Argentina o el ‘kirchnerismo’ de nunca acabar
En una semana los argentinos vuelven a votar, y todo apunta a que el candidato del ‘kirchnernismo’ podría volver a alzarse con la victoria en la primera vuelta sobre el actual presidente Mauricio Macri. Una vez más el movimiento político impulsado por Néstor y Cristina Fernández de Kirchner, que gobernó Argentina durante más de doce años, parece listo para tomar una vez más las riendas del país, tras estar condenado a su extinción tras la muerte de Néstor Kirchner en 2010.
Y es que la gestión de Macri ha sido muy impopular, después de que durante su mandato haya repuntado la pobreza entre sus habitantes. En el primer semestre de 2019, el índice de pobreza ha superado el 35% como consecuencia de la recesión y la inflación. El aumento de precios ha sido provocado por la devaluación del peso argentino, cuando el dólar pasó de costar 46 pesos argentinos a 59.
Las cuentas no salen, y por ello las protestas no tardaron en hacerse llegar en el país. Muchos trabajadores y organizaciones sociales acamparon durante dos jornadas para exigir al Ejecutivo un plan de emergencia alimentaria ante la devaluación del peso y la pérdida de poder adquisitivo. Difícil panorama el que le espera al ‘kirchnerismo’ para levantar el vuelo de un país en horas bajas.
Bolsonaro, calificado como el ‘Donald Trump’ brasileño
Hace justo un año, Jair Bolsonaro se impuso en la segunda vuelta de las elecciones de Brasil frente a Fernando Haddad. El líder del Partido Social Liberal llegó al poder en medio de la polémica por sus comentarios machistas y racistas, posicionándose incluso a favor de portar armas o de la dictadura que dirigió el país entre 1964 y 1985. Sus declaraciones controvertidas le convierten para muchos en el ‘Trump brasileño’.
Durante su gestión ha tenido que hacer frente a multitud de protestas, pero la crisis que provocó su mayor caída de popularidad tuvo lugar durante el verano, tras los incendios de la Amazonia. Un 38 por ciento de los brasileños consideraba en septiembre "mala o terrible" la gestión del presidente, Jair Bolsonaro, lo que evidenciaba un malestar creciente hacia el mandatario en plena crisis política por el aumento de los incendios. Mientras las imágenes de los bosques y los animales convertidos en carbón se expandían hacia Perú, Bolivia y Paraguay, Bolsonaro responsabilizó de aquello a las ONG.