Colegios y universidades convertidos en centros de cuarentena en la India
Anna Ferrer, de la Fundación Vicente Ferrer, asegura a COPE que la propagación del coronavirus “parece que está bajando un poco” en el país asiático
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“En España podéis tener cuarentena en casa, pero aquí es difícil”, dice desde la India la directora de la Fundación Vicente Ferrer, Anna Ferrer. El país asiático es el segundo con más casos de COVID-19 en el mundo -acaba de superar los 8 millones de positivos- y tiene registrados más de 120.000 fallecimientos por esta enfermedad. Explica Anna Ferrer que las autoridades indias han montado “centros de cuarentena para personas que tienen el virus, pero son asintomáticos o tienen síntomas muy leves; se han transformado muchos colegios y universidades de la India, y ahora funcionan como centros de cuarentena”. “Parece que está bajando un poco el ritmo de la pandemia en la India, pero -como en cualquier país- no lo sabremos muy bien hasta que pasen uno o dos meses. Hay algunas ciudades muy grandes que tenían muchos casos en abril y mayo, y hay otras zonas -como la nuestra, en el sur- en donde hemos tenido muchísimos casos en julio, agosto y una parte de septiembre”, señala.
A pesar de la abultada cifra de defunciones, es menor -en proporción a la población- que la de varias naciones europeas. La directora de esta ONG indica que “en Europa tienen más alto porcentaje de personas mayores, y no tenemos el mismo número en la India; se dice que ésa es una razón, aunque también hay médicos y expertos que creen que en aquí hay más inmunidad” por las condiciones de pobreza en las que viven millones de personas.
La Fundación Vicente Ferrer dispone de un hospital con 400 camas que estuvo lleno en julio, agosto y principios de septiembre, pero ahora ha bajado la ocupación a 280 pacientes. Allí trabajan más de 600 personas, y 50 de ellas han contraído el virus en estos meses. La propia Anna Ferrer pasó la enfermedad y estuvo hospitalizada. Asegura que “el primer día estaba sorprendida porque tomaba todas las precauciones, siempre lavándome las manos, siempre con mascarilla, manteniendo la distancia; tenemos un médico de enfermedades infecciosas en nuestro hospital, y hace meses me dijo que si algún día tenía síntomas se lo dijera pronto para ayudarme, y -por eso- a los tres días estaba ingresada”. “Cuando pienso en mi edad, 73 años, y con algunos problemas de salud, creo que he salido muy bien”, comenta aliviada Anna Ferrer.