Controversia en Roma por la llegada de la primera máquina expendedora de pizzas

Llega a Roma la primera máquina que cocina una pizza en 3 minutos

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Eva Fernández Huéscar

Roma - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

En el país donde se consumen más de 3.000 millones de pizzas al año se han atrevido a instalar una máquina expendedora, que competirá con las cerca de 43.000 pizzerías del país.

La ventaja es que, ante un antojo de pizza en la madrugada, siempre será posible acercarse hasta estas máquinas que ofrecen la pizza recién horneada a partir de 4,50 euros. La Cadena COPE lo ha comprobado en la primera que se ha instalado en Roma. La máquina en cuestión cocina pizzas al momento, ante los ojos del consumidor y al son de música moderna para amenizar la espera.

Las instrucciones son muy fáciles de seguir. Permite escoger entre 4 pizzas distintas: margarita, 4 quesos, diavola y con beicon y una vez seleccionada la pizza escogida, la máquina inicia el proceso, produciendo su propia masa fresca a partir de los ingredientes básicos: harina, sal, agua y levadura.

Esta "máquina" está causando opiniones controvertidas, pero, sobre todo, curiosidad, porque desde una ventana transparente se muestra todo el proceso. Primero, se mezcla la harina con el agua para obtener una base masa muy plana. Después se extiende la salsa de tomate y a continuación, se colocan los ingredientes de la pizza seleccionada. El último paso es el horno, con una cocción a 380°C y finalmente la pizza sale del distribuidor dentro de un cartón, con tapa para cerrase si se desea consumir en otro lugar.

Hay opiniones de todos los gustos. Graciela, estudiante de Biología en Roma cree que es una oportunidad de poder comer pizza caliente en lugar de un sándwich o panino, que es lo habitual que se encuentra en una máquina expendedora. Otros, como Fabio, ponen el grito en el cielo. No terminan de entender por qué comer una pizza que sale de una máquina y no de un obrador artesano.

No hay que olvidar que los maestros pizzeros aseguran que la pizza italiana -inventada en el siglo XVIII en la ciudad de Nápoles- no se puede hacer a la carrera: una vez mezclada la masa se debe dejar reposar 12 horas.

A partir de esta primera máquina, que está situada en una zona universitaria de Roma, sus impulsores tienen previsto continuar la expansión al resto del país.