Cuenta atrás en la Unión Europea para la ropa irresponsable
Bruselas quiere acabar con la producción masiva de prendas de baja calidad, que dispara la polución textil y la explotación humana
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El objetivo es tan sencillo como ambicioso: que la ropa dure más. Que los productos textiles se puedan reciclar y reutilizar (por el lado del consumidor) y dejen de producirse masivamente o de importarse sin control en la UE. Lo que proponen los eurodiputados de la comisión de Medio Ambiente se resume así: una legislación comunitaria vinculante que garantice que la moda no se produce a costa de la destrucción del medio ambiente y de vidas humanas.
Y lo que tienen muy claro, en palabras de la ponente del informe, la socialista alemana Delara Burkhardt, es que "los consumidores por sí solos no pueden reformar el sector textil mundial a través de sus hábitos de compra. Si permitimos que el mercado se autorregule, dejamos las puertas abiertas a un modelo de moda rápida que explota a las personas y los recursos del planeta”.
Los expertos que han elaborado el informe apuestan por dos grandes líneas de acción: potenciar la recogida y reutilización de las piezas y de los materiales, para reducir emisiones, consumo de agua y energía; y que la “moda rápida” se pase de moda.
Por eso quieren poner el peso del gran cambio en los fabricantes y las grandes firmas de moda. El nombre técnico es “Estrategia para Textiles Sostenibles y Circulares”, y las acciones concretas son estas:
- Prohibir que la ropa no vendida sea triturada o enviada al vertedero solamente porque no está de moda, porque el almacén está lleno o porque la marca prima la exclusividad
- Establecer unos requisitos mínimos de sostenibilidad para los productos textiles que se importan en la UE o que se producen aquí.
- Normas claras para acabar con las prácticas de “lavado verde” (greenwashing, en inglés, es como se conocen en la industria textil), que viene a ser el timo de las etiquetas bio.
- Acuerdos comerciales específicos que garanticen la ética de las transacciones.
- Y que se ponga en marcha ya, sin más demora, la iniciativa que tiene la Comisión en el cajón para prevenir y minimizar la liberación de microplásticos y microfibras al ambiente.
¿El primer paso? Lo que piden desde este grupo de parlamentarios es que la Comisión Europea y los países se pongan de acuerdo en la definición del fenómeno que denominan “moda rápida” y que se resume en "consumo y producción de grandes volúmenes de prendas de baja calidad a bajos niveles de precio". Y de ahí llegar a una especie de pasaporte digital de productos de vestir o de calzado, que permita al consumidor estar informado y ser consciente de que cada camiseta o bolso que incorpora a su armario puede ser un acto con consecuencias en la vida de una persona y en el medio ambiente o una decisión responsable.