Del Itala 20/30 al Lamborghini Huracán: todos los coches de los Papas
Además de los 'papamóviles', los diferentes Papas de los siglos XX y XXI han contado con una larga lista de coches oficiales que van desde un Renault 4 hasta un Ferrari Enzo
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La historia de la Ciudad del Vaticano con el mundo del motor se remonta a los inicios del siglo XX, concretamente en 1909. El Papa, por aquel entonces, era Pío X, y recibió el obsequio de un vehículo -una verdadera joya, teniendo en cuenta la época- por parte del arzobispo de Nueva York. El modelo era un Itala 20/30. Sin embargo, en la Roma de 1909 se transitaba mayoritariamente con carros de caballos, y al Papa le pareció una idea demasiado ruidosa. Y no solo eso, ya que el coche también iba demasiado 'rápido', a unos 40-50 kilómetros por hora. Con lo cual, el vehículo no llegó a utilizarse como coche oficial del Papa Pío X.
A pesar de no emplearse como tal, diferentes fabricantes mundiales siguieron obsequiándole al Santo padre vehículos, que tampoco tuvieron éxito para que empezaran a rodar, como un Bianchi 15, un Fiat 525 o un Citröen Lictoria Sex. Este último tampoco contaba, por motivos obvios, con nombre adecuado para que el Papa se moviera por la Ciudad de El Vaticano con él. A pesar de todo, el estreno real de un coche en Roma por un Papa fue el 1929, con Pío XI: un Graham Paige 837.
Este fue el primer vehículo a motor que rodó por las calles de la Ciudad eterna. El primer viaje fue histórico, ya que se trataba de la primera vez que un Papa salía de forma oficial de la propia Ciudad de El Vaticano en casi 60 años. Se trasladó hasta la basílica de San Juan de Letrán.
La hegemonía de Mercedes
Comienza la década de los años 30 y la marca alemana Mercedes es ya una de las marcas de prestigio de vehículos en todo el mundo. El fabricante alemán le regaló al mismo Pío XI un Mercedes Nürburg 460. Este coche podría considerarse como el primer papamóvil oficial como tal. Después, este modelo fue ejemplo a seguir en los años venideros. Este modelo era el que se comercializaba también para el resto de usuarios, solo que el seleccionado para el Papa Pío XI tenía una serie de modificaciones, como el asiento trasero un poco más elevado, a modo de trono, incluso una serie de botones que le permitían al Santo padre comunicarse con el conductor del vehículo sin moverse del asiento. Estamos hablando de 1930, con lo cual, esto fue un gran avance tecnológico, que el propio Pío XI se mostró gratamente sorprendido de todas las novedades que poseía el Mercedes.
A partir de ahí, Mercedes dominó durante 30 años como coche oficial de los Papas, que usaban cada vez que salían de la Ciudad de El Vaticano, a cada cual más novedoso. Por ejemplo, el Mercedes 300d que le obsequiaron al Papa Juan XXIII en el año 1960. Este tenía ¡aire acondicionado regulable desde su trono! Además de techo convertible, algo así como un coche descapotable para poder saludar a la gente. También le regalaron otro vehículo, un 600 Pullman, que era un poco más alto que los modelos normales para poder tener más asequible lo de saludar al pueblo.
La hegemonía de Mercedes finalizó -al menos temporalmente- a mediados de los años 60, en 1965, ya con Pablo VI al frente del Ministerio petrino. Fue en su viaje a Estados Unidos, y el coche seleccionado fue un Ford Lincoln. No podía ser de otra manera, ya que hablamos de una marca norteamericana para una visita norteamericana. Si uno es un experto en vehículos antiguos, se habrá dado cuenta de que Pablo VI usó el mismo vehículo en el que mataron al presidente de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, tan solo unos meses antes. A pesar de este cambio de marca, Mercedes seguía siendo la compañía más empleada por la Ciudad de El Vaticano.
El eterno viajero, San Juan Pablo II
Se puede entender que el Papa Juan Pablo II fuera el que más coches empleara de todos. En primer lugar, por el extenso periodo de tiempo que estuvo al frente del Ministerio petrino, desde 1978 hasta su muerte en 2005; en segundo, porque no se ha conocido un Papa que viajara más que él. San Juan Pablo II sacó a la Iglesia y sus gentes a la calle, y buena prueba de ello fue que visitó un total de 129 países repartidos por todo el globo. El primer coche que empleó fue en su visita a su Polonia natal, en 1979, la primera de forma oficial y aún con el sometimiento del comunismo. También hubo un guiño local, como con Pablo VI, ya que se empleó un camión FSC Star, de fabricación polaca. Al ser un vehículo enorme, podía saludar a la multitud desde lo alto. Otro de los coches que utilizó Karol Józef Wojtyła ese mismo año fue el Ford Transit D-Series para su visita a Irlanda, siempre con las tensiones y amenazas del IRA que sufrían tanto este país como Irlanda del Norte.
El punto y aparte en la historia de los coches oficiales de los Papas se sitúa en el 13 de mayo de 1981. Una fecha difícil y muy señalada. El Día de la Virgen de Fátima, el terrorista turco Ali Agca intentó asesinar a San Juan Pablo II durante la bendición de aquel día en pleno corazón de la plaza de San Pedro. El Santo padre estaba montado en un Fiat Campagnola, y apenas tenía protección para detener balas, más allá de la fuerte seguridad personal que tienen los Papas a su alrededor. Este suceso obligó a la seguridad vaticana a tomar cartas en el asunto, y ya nada fue igual.
La siguiente visita fue el Reino Unido, cuando ya el Papa se recuperó, y fue con un Range Rover State Review, que contaba con los cristales blindados. Para su visita a Estados Unidos escogieron un Leyland Constructor, una bestia del motor y de envergadura: más de 20 toneladas de peso y 150 caballos de potencia. Las posibilidades de atentar contra un Papa se verían afortunadamente reducidas con estas medidas.
Sin embargo, una de las sorpresas fue cuando realizó uno de los viajes más especiales de su pontificado: su visita a España en 1982, con los estadios de fútbol preparados para recibir el Mundial de Naranjito. El coche escogido por el Santo padre fue un ¡Seat Panda! Del Leyland Constructor a un pequeñito Panda, un cambio significativo. Resulta que este modelo era de los pocos que cabía por los diferentes accesos a los estadios, donde celebraría multitudinarias misas, como en el estadio Santiago Bernabéu.
Seis años después de aquel viaje para el recuerdo, en 1988, el Santo padre realizó una visita a las instalaciones de Ferrari en Maranello, Italia, y probó uno de los Ferrari más exclusivos para darse una vuelta y saludar y bendecir también a los fieles. Ya en los estertores de su pontificado, en 2005, la marca italiana le regaló el último de los Ferrari Enzo. Se trata de un coche ultraexclusivo, ya que solo se fabricaron 399 unidades para ponerlas en circulación, y de manera simbólica, se le obsequió a San Juan Pablo II con el Ferrari Enzo.
El modelo único de Benedicto XVI y la austeridad de Francisco
Durante el periodo corto de pontificado del Benedicto XVI, este solo utilizó un coche como vehículo oficial: el Mercedes-Benz G-Wagon. De alemán a alemán. Este tenía barandilla para que el Santo padre, ya anciano cuando fue elegido Papa, se pudiera sujetar mientras saludara a los fieles en la plaza de San Pedro.
Uno de los aspectos más llamativos del Papa Francisco fueron sus gestos austeros nada más alcanzar el Ministerio petrino. El padre Renzo Rocca le regaló al Santo padre un Renault 4, con más de 300.000km recorridos.
Curiosamente, este era el mismo modelo que usaba Francisco cuando era obispo y vivía en su Argentina natal, en Buenos Aires. La lista de coches económicos del Santo padre es extensa, y van desde el Ford Focus Mk2, pasando por el Kia Soul, hasta el Honda Sedan. O un Peugeot 504.
La última noticia es la de ese Lamborghini Huracán obsequiado al Papa Francisco por la propia marca para subastarlo con fines benéficos, y que se hizo con él un empresario español. Como curiosidad, la marca Opel le ha ofrecido su modelo Ampera-E, un coche completamente 'cero emisiones'. La intención de la marca es la de contribuir al objetivo de no contaminar el mundo con los coches, y, ¿qué mejor manera que empezar por el estado más pequeño del mundo?