¿Estamos en una nueva Guerra Fría? Estados Unidos contra la pujante China con el coronavirus de por medio

La tensión entre ambas potencias no ha dejado de ser avivada por Donald Trump en las últimas semanas. Exponemos varios ejemplos

¿Estamos en una nueva Guerra Fría? Estados Unidos contra la pujante China con el coronavirus de por medio

Millán Cámara

Publicado el - Actualizado

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Si alguien pensaba que el coronavirus se iba a llevar por delante la influencia de la política sobre todo lo demás, la equivocación no ha podido ser más rotunda. Ahí está el caso de Estados Unidos y China para demostrarlo. Las relaciones entre ambos países ya tenían un componente bastante fuerte de tensión, pero el COVID-19 ha agriado aún más la situación. Algunos incluso afirman que estamos ante la Guerra Fría del siglo XXI.

El gran protagonista de las hostilidades tiene nombre y apellidos: Donald Trump. Día sí y día también, el presidente estadounidense parece decidido a generar la idea de que China permitió la expansión mundial del virus de forma premeditada. Sin que las réplicas de la Administración del gigante asiático parezcan tener tanto belicismo o ánimo de polémica.

A pesar de que el historial de desaires es inmenso, podemos quedarnos con cinco ejemplos, liderados por Estados Unidos, que pueden contribuir a generar esa sensación de conflicto entre bloques que reina alrededor de ambos países.

El “virus chino”

Hace tiempo que Trump no se refiere así al coronavirus en sus ruedas de prensa, pero el término llegó a ser constante en boca del mandamás norteamericano. De hecho, la palabra ‘coronavirus’ desapareció de sus discursos y fue sustituida por ese ‘virus chino’ que tan despectivo resultó a muchos.

Tras ser tildado de racista y recibir quejas desde la mismísima Organización Mundial de la Salud (“Este virus no tiene fronteras”), Trump decidió aparcar la expresión. Ocurrió a finales de marzo. “Todo el mundo sabe que esto viene de China, pero he decidido que tampoco tenemos que darle tanta importancia. Creo que yo le he dado mucha importancia y que la gente lo entiende”, reconoció entonces.

Lo cual no quiere decir que hayan llegado otros ataques de proporciones considerables por parte de Trump. Como, por ejemplo, considerar el COVID-19 la peor tragedia vivida por Estados Unidos (“Peor que Pearl Harbor y peor que el 11-S”). O acusar a China de no haber frenado la propagación del coronavirus: “Nunca debería haber pasado. Podría haberse detenido en la fuente. Podría haberse detenido en China. Podría haberse detenido de forma correcta en la fuente. Y no lo fue”.

La bronca de Trump con una periodista china

Que ya no se refiera al coronavirus como “virus chino” no quiere decir que Trump haya rebajado su tono de desaprobación hacia China. Para muestra, uno de los episodios ocurridos con una periodista estadounidense de origen chino en la Casa Blanca.

Este lunes, Weijia Jiang preguntó por qué se dice que las capacidades de detección del virus en Estados Unidos son mejores que las de otros países. A lo que el presidente norteamericano respondió: “Quizá se trate de una pregunta que debes plantear a China”.

Ante la indignación de la periodista por realizarle esa aseveración precisamente a ella, Trump siguió a la defensiva: “Diría eso a cualquier persona que me planteara una pregunta malvada como esa”. En vista de una nueva contrarréplica de la informadora y del revuelo que empezaba a formarse, el mandatario optó por finalizar su comparecencia.

Las supuestas pruebas de que el coronavirus se originó en un laboratorio

Horas antes del encontronazo de Trump con una periodista, su secretario de Estado, Mike Pompeo, concedió una entrevista en la que insinuó que el COVID-19 podría haber salido del Instituto de Virología de Wuhan. Según él, habría “pruebas enormes” de esta realidad, ya que China “tiene un historial de infectar al mundo y de manejar laboratorios con bajos estándares”.

Al hilo de esta especulación, Trump declaró que había visto pruebas de que un laboratorio chino podría haber originado el virus. Él no quiso profundizar sobre el tema en su momento, pero Pompeo se despachó a gusto contra el ‘enemigo’ chino el pasado fin de semana.

“Esta es una crisis enorme creada por el hecho de que el Partido Comunista de China ha vuelto a las andadas, al tipo de desinformación y ocultación que hacen los regímenes autoritarios”, reconoció también el secretario de Estado estadounidense el domingo. “Los grandes expertos hasta ahora piensan que (el virus) ha sido creado por el hombre”, fue otra de sus frases con tintes reprobatorios.

Y, aun así, Pompeo no quiso dar su opinión sobre la posible difusión intencionada del coronavirus desde China. “No tengo nada que decir sobre eso”, sentenció al respecto, aunque ya había dejado, con anterioridad, unos cuantos mensajes entre líneas.

¿Estamos en una nueva Guerra Fría? Estados Unidos contra la pujante China con el coronavirus de por medio

La teoría de la conspiración electoral

En estos momentos, Trump cree firmemente que el Gobierno chino se ha posicionado a favor del candidato demócrata, Joe Biden, de cara a las próximas elecciones estadounidenses. Considera que China se ha alineado en su contra para que la presión hacia el gigante asiático sea menor por parte de Estados Unidos.

“China hará todo lo posible para que pierda esta carrera”, considera el presidente de la tierra de las oportunidades. Dadas sus creencias en torno a la polémica con los chinos, no le tiembla el pulso a la hora de tomar represalias ante esta posible amenaza: de hecho, podría exigir el pago de miles de millones de dólares al Gobierno chino por los daños causados por la pandemia.

“Hay muchas maneras en las que puedes hacerlos responsables”, ha amenazado Trump, una vez más en pie de guerra contra su enemigo número uno en estos momentos.

Un acuerdo comercial puesto en entredicho

A pesar de que China y Estados Unidos firmaron la paz económica (o eso parecía) el 15 de enero, Trump también ha aprovechado el coronavirus para agriar este asunto. “Si China no compra el volumen prometido de productos estadounidenses”, los estadounidenses podrían dar carpetazo a la primera fase del acuerdo comercial.

Aunque se ha llegado al compromiso de seguir avanzando al respecto, quién sabe si esta vertiente de la relación entre los dos países no podría verse también afectada por la gestión del coronavirus. Porque Pekín también se plantea invalidar lo acordado en materia comercial y llevar a cabo nuevas negociaciones.

El clima, por los ejemplos comentados y la tensión generalizada, está muy enrarecido en cuanto a las relaciones entre el Gobierno estadounidense y el chino. Y Trump no parece dispuesto a rebajar ni un ápice su tono.

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