Estrasburgo vuelve a sonreír tras los peores meses de la pandemia
La pandemia ha provocado que durante el último año no se hayan podido celebrar los plenos en Estrasburgo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Probablemente Estrasburgo sea una de las ciudades más bonitas del mundo. El paso del Rhin, su Catedral de casi 150 metros de alto y el encanto que generan sus calles de cuento hacen de este lugar uno de los más entrañables de Europa. Esta zona de Europa ha pertenecido a Francia y a Alemania a lo largo de la historia, una mezcla que hoy se puede respirar en sus calles.
Desde 1992 esta ciudad de 500.000 habitantes acoge una de las sedes oficiales del Parlamento Europeo. Esto provoca que todos los meses miles de personas entre Eurodiputados, asistentes y funcionarios se tengan que desplazar desde Bruselas a Estrasburgo. Según varios auditores esto supone un gasto de más de 100 millones de euros al año, algo que frecuentemente genera críticas por parte de la opinión pública.
La pandemia ha provocado que durante el último año no se hayan podido celebrar los plenos en Estrasburgo. Esto ha generado problemas importantes para la ciudad que ha visto como todos los meses perdía parte del encanto que tiene la llegada de miles de personas a la vez.
El pasado mes de Junio volvió la actividad a esta sede del Parlamento Europeo. Tal era la necesidad de que se recuperara la normalidad que hasta se pusieron vacunas a disposición de todos aquellos eurodiputados y asistentes que vinieran desde Bruselas. Algo así como vienes, te quedas unos días, gastas dinero y de paso te vuelves vacunado.
Septiembre ha empezado con fuerza. Estos días se ve una ciudad de Estrasburgo más parecida a la de años anteriores con hoteles y restaurantes donde es imposible encontrar sitio. Por primera vez en varios meses se han desplazado hasta aquí miles de personas y prueba de ello han sido las largas colas que se han generado en los controles de seguridad para acceder al Parlamento Europeo. Todavía hay restricciones importantes, por ejemplo, no se puede acceder a los bares y restaurantes sin el certificado de vacunación vigente.
Estrasburgo es una ciudad que poco a poco vuelve a sonreír. Los hosteleros lo empiezan a notar y muchos de ellos esperan que esto siga durante los próximos meses. Recuerdan que el mercado de navidad es uno de los más bonitos del mundo y que siempre merece la pena visitarlo.