Irán captura un petrolero británico y detiene brevemente a otro en Ormuz
Londres mantiene contactos diplomáticos con Teherán, así como con aliados internacionales, para tratar de resolver la situación
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La captura de un petrolero británico y la breve detención de un segundo por parte de Irán en el estrecho de Ormuz, dos semanas después de que el Reino Unido retuviera a uno iraní, ha exacerbado este viernes la inestabilidad en una zona estratégica para el crudo mundial.
Tras amenazar en repetidas ocasiones al Reino Unido con una respuesta, la Guardia Revolucionaria iraní anunció que capturó al petrolero Stena Impero, aunque justificó que se debió a su "no observancia de las leyes y reglamentos marítimos".
Una flotilla dependiente de la Armada iraní interceptó el petrolero a petición de la Organización de Puertos y Navegación de la provincia de Hormozgan y lo condujo a la costa para comenzar con el proceso legal, según el comunicado de este cuerpo militar de elite.
Poco después, el ministro de Exteriores británico, Jeremy Hunt, informó de la captura de dos petroleros en Ormuz, uno británico y otro con bandera liberiana, propiedad de una naviera del Reino Unido, que calificó de "inaceptable".
Sin embargo, fuentes militares iraníes negaron la captura del petrolero de bandera liberiana, llamado Mesdar, que es operado por la firma británica Norbulk.
Las fuentes, citadas por la televisión estatal iraní y la agencia semioficial Tasnim, indicaron que el Mesdar fue solo detenido "brevemente" e informado por las autoridades iraníes sobre "seguridad marítima".
Londres mantiene contactos diplomáticos con Teherán, así como con aliados internacionales, para tratar de resolver la situación, según el jefe del Foreign Office.
Por su parte, la naviera Stena Bulk, propietaria del Stena Impero, explicó en una nota que perdió el contacto hacia las 15.00 GMT con su buque después de que se le acercaran "pequeñas embarcaciones sin identificar y un helicóptero".
El Stena Impero, de 30.000 toneladas y con 23 tripulantes a bordo, zarpó hoy desde Emiratos Árabes Unidos y se dirigía a un puerto de Arabia Saudí.
Estos incidentes tienen lugar el mismo día en que la Corte Suprema de Gibraltar extendió treinta días más el periodo de detención del petrolero iraní Grace 1.
El Grace 1 fue interceptado y abordado el 4 de julio cerca de la costa de Gibraltar por las sospechas de que transportara crudo a una refinería de Siria, país sujeto a sanciones de la Unión Europea, pero las autoridades iraníes negaron que se dirigiera al país árabe.
El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, calificó este suceso el pasado martes de "acto de piratería marítima" y advirtió de que su país respondería "en el momento apropiado" al Reino Unido.
El conflicto diplomático generado entre Irán y el Reino Unido se vio agravado, además, la pasada semana cuando, según Londres, una fragata de la Armada británica abortó un intento de tres naves ligeras iraníes de interceptar un petrolero británico que navegaba por el golfo Pérsico.
La Fuerza Naval de los Guardianes de la Revolución de Irán negó, no obstante, haber intentado impedir el paso del petrolero The British Heritage en el estrecho de Ormuz.
Los Guardianes informaron además ayer de que capturaron el pasado domingo en el sur de la isla iraní de Larak, también situada en este estratégico estrecho, un petrolero "extranjero" que estaba realizando operaciones de contrabando y que se cree es emiratí.
ESTRECHO DE ORMUZ
Ormuz es un angosto paso entre Irán y Omán por el que cruza una quinta parte del petróleo mundial y que las autoridades iraníes han amenazado con bloquear si las sanciones de EEUU les impiden exportar su crudo.
El refuerzo de las sanciones al petróleo iraní el pasado mayo fue el desencadenante de una escalada de tensión en el golfo Pérsico entre Teherán y Washington.
Desde mayo, se han producido sabotajes y ataques a petroleros y buques cisterna de los que EEUU ha responsabilizado a Irán, que ha rechazado cualquier implicación.
También en el estrecho de Ormuz, la Guardia Revolucionaria iraní derribó el pasado junio un avión no tripulado estadounidense que, según Teherán, violó su espacio aéreo para realizar operaciones de espionaje.
Y el último enfrentamiento se produjo el jueves, cuando EEUU aseguró que uno de sus buques abatió en Ormuz un dron iraní, lo que fue negado por Irán, en un bucle sin fin de incidentes, desmentidos y amenazas que convierten el golfo Pérsico en una bomba de relojería a punto de estallar.