Israel lanza lo que califica de "ataques precisos" contra Irán, que minimiza su impacto mientras piden que no responda
Desde Washington, se valoró el ataque como "proporcionado" y enfocado solo en "objetivos militares", lo suficientemente moderado como para evitar un contraataque iraní
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La madrugada del sábado, Israel ejecutó su anunciado ataque de represalia contra Irán, lanzando bombardeos dirigidos a instalaciones militares en varias regiones del país persa, incluida Teherán. Este ataque se produce casi un mes después de que la República Islámica disparara más de 180 misiles balísticos hacia Israel, en un gesto que intensificó las tensiones entre ambos países.
El portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, confirmó que a las 2:30 hora local (23:30 GMT del viernes) comenzaron "ataques precisos" que, según se informó, no afectaron a instalaciones nucleares. Los bombardeos se centraron principalmente en Teherán y en las provincias de Juzestán e Ilam, en el sur de Irán, apuntando a sistemas de defensa iraníes y a instalaciones de fabricación de drones y misiles.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, supervisó la operación desde la base militar de Kyria en Tel Aviv, donde se reunió con el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y recibió la aprobación del gabinete de seguridad. La operación fue denominada "Días de Arrepentimiento".
En respuesta a los ataques, Irán anunció que sus sistemas de defensa aérea interceptaron “con éxito” los bombardeos israelíes, aunque reconocieron que hubo “daños limitados”. El Cuartel General de Defensa Aérea de Irán informó que, a pesar de las agresiones, la vida cotidiana en el país continuaba con normalidad y los vuelos habían vuelto a su rutina habitual. Esta aparente calma se reflejó en las declaraciones del vicepresidente iraní, Mohammad Reza Aref, quien afirmó que "el poder de Irán humilla a los enemigos de la patria".
La cifra de bajas en Irán se reporta en al menos dos soldados, según fuentes militares, lo que añade una capa de tensión a la situación. Sin embargo, la portavoz del Gobierno, Fatemeh Mohajerani, minimizó el impacto de los ataques, destacando la efectividad de la defensa aérea iraní.
Pese a la gravedad de los acontecimientos, Israel intentó transmitir un mensaje de contención a Irán antes de los ataques, alertando a través de intermediarios sobre los objetivos a atacar y llamando a la mutua contención. Este enfoque sugiere que Israel, ya comprometido en conflictos en Gaza y Líbano, no desea abrir un nuevo frente de guerra.
Analistas como Avi Melamed, exoficial de inteligencia israelí, opinaron que Irán probablemente evitará una respuesta directa, notando un cambio en el discurso de los medios estatales iraníes, que intentan restar importancia a la agresión israelí.
Desde Washington, el ataque fue calificado como "proporcionado" y se enfatizó que se había enfocado exclusivamente en objetivos militares. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Sean Savett, instó a Irán a cesar sus ataques para evitar una mayor escalada en el conflicto. Estados Unidos, que había sido avisado con antelación por Israel, reafirmó su compromiso de defender a su aliado si las tensiones continúan creciendo.
El reciente bombardeo israelí se sitúa en un contexto de creciente hostilidad entre ambos países. El 1 de octubre, Irán lanzó un ataque masivo contra Israel, disparando 180 misiles balísticos en respuesta al asesinato de líderes de grupos militantes respaldados por Teherán. Este fue el segundo ataque de Irán contra Israel en un corto período, después de que en abril también realizara un bombardeo menor.
La escalada de ataques y represalias entre Israel e Irán sugiere que ambos países están atrapados en un ciclo de agresión que amenaza la estabilidad regional. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación la posibilidad de que esta tensión pueda escalar hacia un conflicto armado más amplio, lo que complicaría aún más la ya frágil situación en Oriente Medio.