Así es la vida del primer estudiante de Erasmus en la Franja de Gaza: "Me siento privilegiado"
Corradini viene de Trentino, en el norte de Italia y cursa sexto de Medicina
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El italiano Riccardo Corradini, de 25 años, se ha convertido en el primer estudiante del mundo que hace la beca Erasmus en la Franja de Gaza palestina, donde las entradas y salidas están severamente restringidas porque permanece bajo bloqueo israelí y ha sufrido tres guerras en la última década.
Corradini viene de Trentino, en el norte de Italia, cursa sexto de Medicina y hace un mes que se convirtió en el primer estudiante internacional que llega a la Universidad Islámica de la ciudad de Gaza, con el programa de intercambio Erasmus+.
"Me siento una persona privilegiada porque soy el único estudiante italiano que estudia y vive en Gaza", exclama Corradini, que ha venido para aprender sobre medicina, atención sanitaria de urgencia y "la realidad del conflicto entre palestinos e israelíes".
"Antes de llegar aquí pensaba que Gaza era un sitio difícil para vivir. Estaba muy interesado en saber cómo eran aquí las cosas y es una de las razones por las que vine", cuenta a Efe el joven, que pasará un total de cuatro meses en la franja, donde se especializará en cirugía de emergencias.
La Universidad de Siena, donde estudia, comenzó hace tres años un proyecto de colaboración con la ONG italiana ACS (Asociación italiana de Cooperación y Solidaridad), que trabaja con universidades palestinas en Cisjordania,y ahora ha empezado también en Gaza.
"Es un gran éxito para todo el mundo académico", señala encantado el joven, quien ha abierto la puerta a que otros estudiantes italianos viajen a la franja como parte de un proyecto que podría extenderse a otras universidades francesas o españolas, dice.
A Corradini le costó adaptarse al enclave costero palestino en un primer momento, con "muchas diferencias" que le resultaron difíciles de integrar, como el distinto ritmo de vida o los horarios, pero ahora se muestra muy satisfecho de estar en el enclave, y afronta los próximos tres meses que le quedan con mucho optimismo.
"Gaza es como un pequeño mundo en una ciudad, lo tienes todo aquí. La atmósfera es siempre activa, con una gran cantidad de gente en la calle y mucho tráfico", explica y agrega, "está todo lo necesario" en un espacio reducido, "desde hospitales o universidades hasta mercados".
Para él, esta realidad lo convierte en un lugar muy singular en el mundo, y destaca: "Solo hay que ir a los mercados y dejarse sorprender".
Reconoce que le costó acostumbrarse a la comida lugareña y remarca, en tono de broma, que "no hay pizza ni pasta", pero sí "mucho humus y falafel".