Leopoldo López Gil: “Me temo que Venezuela no ha tocado fondo”

Hablamos sobre la situación límite que vive Venezuela con el padre del preso político venezolano

Leopoldo López Gil: “Me temo que Venezuela no ha tocado fondo”

Javier Martínez

Publicado el - Actualizado

10 min lectura

Desde su encarcelamiento en 2014, Leopoldo López se ha convertido en el mayor símbolo de la lucha contra el Gobierno cada vez más autoritario de Nicolas Maduro. Desde hace un año, está bajo arresto domiciliario, después de abandonar la prisión de Ramo Verde. Cumple una condena de casi 14 años. Su padre, Leopoldo López Gil, exiliado en España, nos explica la situación de su hijo y de una Venezuela sumida en una gravísima crisis económica.

-Lo primero. ¿Cómo está su hijo?

-Está bien, dentro de lo que puede estar una persona que está aislada completamente. Tiene una guardia alrededor de su casa, casi una docena de hombres que lo vigilan, tiene un grillete electrónico en el tobillo que le impide moverse fuera del radio permitido, fuera de su casa. No le dejan ser visitado más que por las personas que ellos deciden y cuando ellos deciden. Hasta el punto que no le han permitido las visitas de sus abogados. Por supuesto, no puede visitarlo ningún otro dirigente político y mucho menos los de su propio partido. Y las comunicaciones están totalmente monitorizadas. Tiene acceso al teléfono y a internet, pero estamos seguros de que están muy vigilados.

-¿Cómo es un día en la vida de Leopoldo ahora mismo?

-Tiene la fortuna de haber recibido una nueva hija hace cosa de siete meses, con lo cual, con la distracción que puede tener un padre que quiere a sus hijos. Esto ha sido una gran fortuna. Porque ha podido pasar el tiempo con sus niños y más con la bebé, como probablemente no lo habría podido hacer bajo circunstancias normales ningún padre. Por otro lado, es una persona que le gusta mucho la lectura, tiene una biblioteca estupenda. Y está leyendo, escribiendo, y haciendo ejercicio físico como siempre lo ha hecho. Él boxea todas las mañanas, dedica unas dos horas al día a hacer ejercicio físico. Tiene un pequeño huerto en la casa y está cultivando, porque tiene una afición por el ají picante y cocina mezclas de salsas picantes, nos ha enviado unas muestras...Dice que va a intentar cultivar unas diez variedades de ají picante...Todo esto le ha permitido leer mucho sobre la naturaleza e involucrarse en la botánica...Siempre le ha gustado. Lo heredó de su abuelo materno, que era ingeniero agrónomo. Me escribe unas cartas muy profundas. Tenemos una comunicación epistolar que no podíamos tener cuando estaba en Ramo Verde. Allí sus cartas no salían de su cárcel y las mías no llegaban a su cárcel.

-¿Ha tocado fondo Venezuela?

-Yo me temo que todavía no ha tocado fondo. Las últimas medidas económicas no hay quien las pueda entender. Cualquier persona que haya estudiado algo de economía no comprende cómo se pretende frenar una hiperinflación aumentando precios, restringiendo más la producción...Se hace todo lo contrario de lo que en los últimos siglos se ha comprobado lo que hay que hacer para frenar la inflación. Me temo que todavía estos experimentos nos van a llevar un poco más hacia el abismo.

-¿Qué opina de las últimas medidas de Maduro? Del cambio de moneda, del Petro...

-Una locura. Como decía, contradice lo que hemos aprendido de economía en los últimos cien años. Llegar al patrón oro ya fue una conquista de las economías. Abandonarlo y basarse en reservas, reservas que realmente son reservas para cada nación y controlar el volumen del circulante...todo esto son aprendizajes que tuvimos gracias a fenómenos horribles del siglo XX. El más conocido fue en Alemania, en la República de Weimar, con una inflación incontrolada, y luego varias veces se repitió en nuestra parte del mundo, en Brasil, en Argentina...Salirse de un patrón que pueda regular la cantidad de moneda que circula...Ese control lo hemos perdido. Y basar una moneda en un valor absolutamente hipotético...El petro es una criptomoneda cuyo valor lo van a basar en unas reservas de petróleo no explotadas. Es como si en España decidiéramos crear una moneda, llamémosla el óleo, basada en la aceituna. Uno dice: "bueno, el año que viene vamos a tener tantas toneladas de aceitunas, así que el óleo español va a tener este valor." Obviamente, no creo que encuentre a nadie en el mundo que intercambiaría los óleos, igual que no encuentro a nadie que intercambie bienes por petros. 

-Acabo de leer un informe que dice que el 70% de los venezolanos ha perdido una media de once kilos. ¿Cómo puede ser que se pase hambre en América en el Siglo XXI?

-No solamente en América, sino en el país más rico de Sudamérica. Porque Venezuela sigue siendo el país con mayores reservas probadas de petróleo inexplotado.También con unas reservas mineras increíbles. De bauxita, de mineral de hierro, de oro, de diamantes, de nuevos minerales que se están consiguiendo...También con una condición tanto de subcampos como de subclimas que nos permitirían tener una ganadería sumamente provechosa; una pesca maravillosa, porque tenemos el Caribe y también salida al Atlántico...Mire, no hay razón para entender que un país tan rico como Venezuela haya caído en la miseria que ha caído. Y que un 80% de la población esté pasando hambre no es aceptable. No hay quien pueda justificar que después de 20 años en el poder lo que han hecho es anclarnos en la miseria y llevarnos a una situación de desesperación. Porque no es raro ver a gente hurgando en las basuras buscando algo para alimentarse. Y los niños van a crecer con taras, porque no han sido bien alimentados. No solo taras físicas, van a tener taras mentales. El desarrollo mental va a ser muy escaso en algunos sectores de la población. Y a esto hay que añadir la falta de atención de la sanidad pública. Los niños no han sido vacunados y estamos viendo que surgen epidemias que habían desaparecido. Y los venezolanos que han salido del país, lo primero que están necesitando es atención médica.

-La ONU calcula que han salido unos dos millones de personas de Venezuela. Eso además del drama humanitario también supone un problema para el futuro del país, porque la gente que trabaja, la gente joven, se va fuera.

-Esa cifra tengo que matizarla. No es que la ONU calcule que hay dos millones fuera. Es que calcula que han salido dos millones desde 2014. En menos de cuatro años ha salido casi el 10% de la población del país. El último año en particular ha sido el más profundo. Hemos perdido además una parte de la población, que es muy provechosa, que es la clase media. La gente que hacía cualquier esfuerzo por educarse, por prepararse y crear puestos de trabajo. Estamos perdiendo toda esa gente y, lamentablemente, no es fácil de reponer ese tipo de población. Ahora hay un nuevo programa por parte del Gobierno que se llama 'Vuelta a la patria' y sí que han traído en un avión fletado a unos cuantos de Perú, que se encontraban en una situación de desespero y alguien les sugirió que volvieran a Venezuela. Estamos hablado de un avión, probablemente no sean más de 200 personas, cuando están saliendo 30.000 por día. 

-A pesar de que la situación está peor que nunca, parece que la oposición está más dividida que nunca.

-Es una situación muy compleja. Conocemos por lo menos a 17 grupos políticos con pensamientos diversos. Llegar a acuerdos con una gente con visiones distintas sobre cómo llegar a la meta, que es volver a la democracia, es difícil. Diferimos en las tácticas. Algunos piensan que hay que hacerlo por la vía del diálogo; otros piensan que hay que hacerlo por medio de votaciones, votaciones que a lo mejor no están hechas legítimamente; otros piensan que hay métodos más expeditos y otros piensan en cosas que no están ni siquiera previstas en nuestra constitución. Hay un poco de todo, es muy difícil. ¡Y la gran dificultad para llegar a acuerdos es que no hay un foro permitido! ¡Permítale usted a Leopoldo López que se reúna con María Corina Machado, con Antonio Ledezma, con Ramos Allup, con Andrés Velázquez! Pero permítalos que se reúnan y verá cómo llegan a un acuerdo inmediato. No se puede llegar a un acuerdo porque el Gobierno impide esa reunión, ese intercambio de ideas.

-Mientras tanto Maduro seguirá en el poder hasta 2025...O ha sido reelegido hasta entonces.

-Bueno, acuérdese del señor Chávez que también decía que iba a estar unos cuantos años más en el poder y no llegó. O el señor Hitler, que decía que el Reich iba a durar mil años y tampoco llegó. Los males en la Tierra tienen un límite, porque bien dice el dicho que "no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista".

-¿Qué opina usted del ataque del otro día? De la bomba que Maduro atribuye a la oposición.

-La palabra ataque creo que...Me perdona usted, pero eso no fue un ataque. Fue una cosa que explotó, que no se sabe muy bien que es lo que es, a unos cuantos metros de donde estaban desfilando unos militares. No puedo creer que nadie haya pensado seriamente en hacer un atentado contra nadie lo hiciera de una forma tan mala. Fue una verdadera chapuza. Y menos con unos drones que cualquiera puede comprar en una tienda. Unos drones que se calcula que costaron 5.000 dólares. Olvídese, no creo que esto sea serio. Y más conociendo toda la tecnología militar que está hoy casi casi a disposición del público. No hay más que coger la información que aparece en los catálogos de armas americanos y ahí hay mil cosas más eficientes que estar volando drones encima de un desfile militar.

-¿Cree que el pueblo de Venezuela apoya a Nicolás Maduro?

-Yo lo dudo. Si usted lee las estadísticas que, por cierto, no las puede publicar la prensa, pero nosotros tenemos formas de conocerlas, en Venezuela no pasa un día sin que existan, por lo menos, 20 manifestaciones. Me refiero a manifestaciones que piden agua, electricidad, medicinas, comida, trabajo...Usted no puede creer que en ciudades como Valencia, que es la tercera de Venezuela, si usted abre el grifo de agua le sale una cosa que parece una mezcla de chocolate y té verde, pero que no es tan sabrosa.

-¿Cuál cree que es el camino a la recuperación de la democracia?

-Como decía algún presidente nuestro de comienzos del siglo pasado, el General López Contreras: "Calma y cordura". Y yo creo que necesitamos calma y cordura. Cosas como las que está haciendo mi hijo, Leopoldo López, que está estudiando el tema petrolero, para volver a hacerla rentable. Lo mismo tenemos que hacer en el sector de la medicina, se está haciendo en la economía, bajo la tutela del profesor Ricardo Hausmann, de la Universidad de Harvard. Yo creo que hay que replantearse la educación, porque ahí está la clave de ser un país de progreso. Y plantearse si hicimos algo mal en el pasado y que quizás lo que estamos haciendo en el presente no es lo más adecuado.

-¿Cree que la sociedad venezolana se puede reconciliar? 

-Yo creo que si algo ha quedado demostrado es que el pueblo venezolano es extremadamente pacífico. Porque haber aguantado todo esto y que no haya revueltas, que no haya explosiones sociales, como mucha gente ha pensado que podría suceder, yo creo que está quedando claro que es una población extremadamente pacífica, extremadamente dócil, y estamos aguantando esto de una forma en extremo civilizada. Hay otros países que cuando llegan a estas cosas hay explosiones, hay manifestaciones de violencia que aquí no se están dando. Así que creo que será fácil volver a la armonía de nuevo.

-¿Cree que va a volver a ver a Leopoldo?

-Me hace usted una pregunta muy difícil. Yo llevo ya 4 años sin verlo. Espero verlo antes de morirme, claro.

-¿En España o en Venezuela?

-En Venezuela, porque Leopoldo no va a salir de Venezuela, a menos que esté libre. Y si está libre iré a verle yo primero a Venezuela.

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