Nicolás Maduro: la principal alternativa de Washington al petróleo ruso tras años de choque con Occidente

La administración Biden ha puesto el foco en la producción venezolana, al mismo tiempo que la Casa Blanca considera a Venezuela una "amenaza para su seguridad"

Nicolás Maduro: la principal alternativa de Washington al petróleo ruso tras años de choque con Occidente

Javi García

Publicado el - Actualizado

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La guerra en Ucrania y el interés de Washington de bloquear todos los productos de procedencia rusa han provocado que la Casa Blanca mire hacia Caracas. En este sentido, la administración Biden ha admitido que han comenzado los contactos con el régimen de Nicolás Maduro para relajar las sanciones e incrementar el flujo de petróleo venezolano, sujeto a sanciones impuestas por Estados Unidos desde el año 2019.

En este sentido, el Gobierno estadounidense estaría considerando levantar las sanciones de forma parcial, por eso este pasado fin de semana tres funcionaros de Washington viajaron hasta Caracas para reunirse con representantes del Régimen de Maduro. Este viaje se realizó sin avisar a los opositores del chavismo, a los que Washington considera representantes legítimos del pueblo venezolano.

Con este acercamiento de fondo, este miércoles Gustavo Adolfo Cárdenas, exdirectivo de Citgo -filial de la petrolera estatal venezolana Pdvsa en EE.UU.- fue liberado tras cuatro años y cuatro meses preso en Venezuela por los delitos de concierto de funcionario con contratista y asociación para delinquir, confirmó a Efe una fuente estrechamente relacionada con el caso. Desde la Casa Blanca se sigue manteniendo un perfil bajo, y defienden que no existe un cambio de rumbo frente a Venezuela.

Ahora, la cuestión se centra en las sanciones impuestas hace tres años por la administración Trump, a raíz de la fractura que se produjo con el chavismo tras considerar que Nicolás Maduro concurrió en fraude electoral con el objetivo de perpetuarse en el poder.

Tras aquellas sanciones, Venezuela ha sido capaz de producir unos 760.000 barriles de petróleo al día con ayuda de sus aliados. Esta cantidad no supera ni el 25% en comparación con la cantidad que era capaz de producir Venezuela en la década de los años noventa. Según los expertos, en caso de que Washington levantase la sanciones, Venezuela podría ser capaz de producir 1,2 millones de barriles al día.

Dejando a un lado los números, en caso de que Estados Unidos decidiese apoyarse en Venezuela para no depender de Rusia, estaríamos asistiendo a un importante giro en la política internacional, después de varios años de tensiones entre Washington y Caracas.

Años de choque entre Washington y Caracas

Con la llegada de Chávez al Gobierno, Venezuela empezó a distanciarse de Estados Unidos, pero ha sido en los últimos meses cuando más distanciamiento se ha producido.

En el año 2015, Barack Obama emitió un decreto en el que tildaba de "amenaza para la seguridad de Estados Unidos" a Venezuela, decisión que fue respondida por Maduro con la implantación de un visado obligatorio a cualquier ciudadano estadounidense que quisiese entrar en Venezuela.

Siete años después, ya con Biden en la Casa Blanca, este decreto ha sido prorrogado por la administración democrática. Por tanto, Estados Unidos estaría negociando esa relajación de las sanciones mientras considera a Venezuela una "amenaza" para su seguridad.

Pero uno de los momentos de mayor tensión entre ambas administraciones llegó en el año 2019, cuando Donald Trump reconoció el juramento de Juan Guaidó, por aquel entonces presidente de la Asamblea Nacional, como presidente interino de Venezuela. Este hecho fue respondido por Nicolás Maduro con la ruptura de cualquier relación diplomática con Estados Unidos y la con la expulsión de la delegación estadounidense del territorio venezolano.

2019 fue el año de las sanciones, sobre todo contras Petróleos de Venezuela, (Pdvsa), principal proveedor de los ingresos en divisas para Venezuela. Esta decisión buscaba sobre todo presionar al Gobierno de Maduro y derrocar al líder venezolano.

Pero esta no fue la única sanción, ya que Trump en agosto de ese mismo años firmó una orden ejecutiva que bloqueaba todos los bienes del Gobierno venezolano en territorio estadounidense, y también de todas las empresas o gobiernos extranjeros que mantengan algún tipo de relación con el chavismo, aunque después se suavizó estas restricciones en relación con productos como alimentos o medicinas.

Europa y su "lista roja" de funcionarios venezolanos

Al otro lado del Atlántico, la relación o la visión que hay respecto al gobierno venezolano no es muy distinta. Bruselas impuso el pasado año importantes sanciones a Venezuela por "socavar la democracia" del país. Estas medidas iban directas contra varios funcionarios de la administración de Nicolás Maduros. En esa "lista roja" se incluyen nombres de jueces, políticos, militares y también de personas de confianza y cercanas a Maduro como la vicepresidenta Delcy Rodríguez y Diosado Cabello, hombre de confianza y mano derecha de Nicolás Maduro.

Debido a estas sanciones, el régimen venezolano subrayó que no podía acceder a más de 30.000 millones de dólares de activos, algo que el propio Maduro defendió que servían para atender a los servicios y necesidades básicas de la población. Pero, Nicolás Maduro mantiene desde siempre su posición de no respetar cualquier "mecanismo inquisidor", que a su juicio son las sanciones impuestas por Estados Unidos y Europa.

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