¿Qué son las bombas de racimo y para qué las ha utilizado Rusia?
Las bombas racimo tienen un proyectil hueco y tras disparar libera más bombas, pero de un menor tamaño
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Amnistía Internacional (AI) es un movimiento que está presente en más de 150 países y vela por defender los Derechos Humanos recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Desde este movimiento se ha denunciado el uso de armas prohibidas como las bombas de racimo y las minas dispersables ya que los tratados internacionales no permiten su uso. Por otro lado, en la mañana de este lunes, AI ha denunciado la muerte de cientos de civiles. Muertes que fueron cometidas por las tropas rusas al bombardear numerosos barrios residenciales en las diferentes ciudades ucranianas.
¿Qué son las bombas de racimo?
Estas bombas se pueden lanzar tanto desde el aire como desde la tierra. Las bombas racimo tienen un proyectil hueco y tras disparar libera más bombas, pero de un menor tamaño.
La carga de estas bombas está diseñada para que exploten una vez toquen el suelo. Estas bombas por lo general se emplean para destruir al enemigo militar para evitar que sigan con su paso. Tienen tanto alcance porque pueden llegar a desprender centenares de bombas lo que hace que lleguen a alcanzar áreas muy amplias. Estas bombas fueron empleadas en la población de Járkov el 28 de febrero. Estos artefactos no se habían vuelto a ver desde la Segunda Guerra Mundial en la que hasta 41 países las llegaron a utilizar.
Los principales productores de estas bombas son países como Israel, Irán, Grecia, Egipto, Brasil, China, Rusia, Estados Unidos y Polonia entre otros. Según lo recogido en los tratados internacionales, el uso de estas bombas no viola las leyes internacionales siempre y cuando no se empleen para atacar las vidas de los civiles. Sin embargo, en el conflicto ruso, se han utilizado como minas antipersonas, de tal forma que sí han atentado contra la vida de los civiles de forma indiscriminada.
En 1997 se firmó el convenio internacional por el cual quedaban completamente prohibidas el empleo de armas antipersonales. A este tratado se atuvieron más de 160 naciones entre las que no se encontraban ni Estados Unidos ni Rusia. Amnistía Intwernacional por su parte defiende que a pesar de que Rusia no firmase el acuerdo en 1997, sobre la Convención sobre municiones en Racimo o la Convención sobre la Prohibición de Minas Antipersonal, Rusia debe respetar el derecho internacional humanitario.
Inicialmente, en la guerra de Ucrania estas minas dispersables y las bombas de racimo fueron empleadas para destruir tanques y vehículos. Aunque finalmente el objetivo para el cual se acabaron empleando estas armas ha sido meramente para aumentar el número de víctimas mortales y no solo generar daños materiales.
La organización de derechos humanos ha verificado que estas armas se han empleado, ya que se han analizado más de 25 vídeos y fotografías en las que aparecen los tanques y los efectos de los ataques. Las secuelas observadas corresponden a las consecuencias que traería consigo el empleo de estas armas. Concretamente en los ataques realizados el distrito de Járkov es donde se han podido observar el empleo de estas armas.