Lo que sucede en Windsor se queda en Windsor: salvo que no haya más remedio
Cómo y quién nos cuenta lo poco que sabemos sobre la salud de Isabel II
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Se atribuye a Benjamin Disraeli el lema no oficial de la Casa Real británica: “Never complain, never explain” (Nunca te quejes, nunca des explicaciones). Pero si lo inventó el Primer Ministro favorito de la Reina Victoria, fue la madre de Isabel II la que lo adoptó como regla de oro. Y su hija, la actual monarca, la que lo ha convertido en ley no escrita de sus 70 años de reinado.
Es imposible saber lo que piensa y casi más difícil aún adivinar su verdadero estado físico. Las informaciones que trascienden son escasas y, en los últimos meses, solamente se han hecho públicos los detalles relativos a su salud cuando no había escapatoria: bien por una exclusiva fuera de control, como cuando el tabloide The Sun publicó el pasado mes de octubre que la Reina había pasado una noche hospitalizada; bien por ausencias demasiado notorias en actos relevantes, como sucedió en noviembre en el tradicional homenaje a los caídos de la guerra.
Ahora sabemos oficialmente que tiene Covid, oficialmente, pero es un misterio cuándo lo contrajo y cuánto le ha afectado hasta el momento. ¿Quién tiene acceso a la información? Pues, por orden de prioridad:
1. La Royal Rota. Formada por 5 periodistas de la prensa británica, especialistas en Casa Real, que van rotando entre sí. Es el círculo de la exclusividad, un mundo cerrado y casi un club inaccesible para el resto de los informadores. Hay que ser muy british, muy royal y muy veterano para entrar en el pool más codiciado del país. Y, por supuesto, es requisito indispensable escribir únicamente sobre asuntos de la realeza británica.
2. La prensa de la Commonwealth. Todos los periodistas acreditados que procedan de países pertenecientes a la Mancomunidad de Naciones (Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica…) tienen una consideración especial en la base de datos de Palacio. Igualmente, en una categoría paralela que podríamos denominar 2b, figuran los procedentes de Estados Unidos, por la famosa “relación especial” entre ambos países.
3. Todos los demás. Cualquier periodista que llegue a Londres con ganas de informar sobre Isabel II y su familia, se encontrará con la misma respuesta, trabaje donde trabaje: no puedes tener acceso directo a las fuentes palaciegas. Es necesario hacerlo a través del “interlocutor único”, que es la Foreign Press Association (Asociación de Prensa Extranjera), conocida por sus siglas FPA London. Un sistema rodado y medido.
Deborah Bonetti, actual directora de la FPA y corresponsal del diario italiano Il Giorno, explica a COPE que “la oficina de prensa de Buckingham Palace tiene una lista de corresponsales fijos, especializados en la Familia Real, a los que envía las noticias del día: actividad de la Reina, mensajes oficiales, etc.” Pero para estar en esa lista hay que demostrar previamente una serie de condiciones, incluida la dedicación permanente a este tipo de informaciones. “Es muy difícil para un periodista extranjero ser admitido en el elenco de Royal Correspondents”, reconoce, “así que la Foreign Press Association ejerce de portavoz y gestiona el acceso a todos los eventos reales; lástima que en los dos últimos años no haya habido ni un solo encuentro cara a cara”.
Estos problemas de inaccesibilidad, frecuente motivo de lamento entre los corresponsales europeos, se han multiplicado en los últimos meses, afectando incluso a la prensa británica. El prestigioso Nicholas Witchell ha llegado a criticar en la BBC las mentiras y trampas del equipo de comunicación que se ocupa de contar, o de ocultar, lo que pasa en el Castillo de Windsor.