Rumanía sumará tensión al semestre europeo

Bucarest asume por primera vez su turno al frente del Consejo Europeo en un momento especialmente crítico para la unión

Klaus Iohannis, presidente de Rumanía (CORDON PRESS)

Rosalía Sánchez

Publicado el - Actualizado

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"Mi opinión es que no estamos preparados para algo así", ha reconocido públicamente el presidente rumano, el conservador Klaus Iohannis, ante la presidencia rotatoria de la UE, que desde hoy asume su país. En medio de graves tensiones internas y abiertos enfrentamientos con la Comisión Europea, Bucarest asume por primera vez su turno al frente del Consejo Europeo en un momento especialmente crítico para la unión, puesto que será durante este semestre cuando se haga efectivo el Brexit, se cierren los próximos presupuestos y se celebren unas elecciones europeas en las que las fuerzas euroescépticas saldrán reforzadas en el parlamento comunitario.

Bucarest, que viene endureciendo su discurso antieuropeo desde hace varios meses, deberá organizar la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, prevista para el 9 de mayo en la ciudad de Sibiu, la primera sin el Reino Unido, una vez que el Brexit se haya oficializado, con acuerdo o sin él, el 29 de marzo próximo. El gobierno rumano, una coalición liderada por el partido socialdemócrata (PSD), está abiertamente enfrentado al presidente conservador Iohannis y so está dirigido por la primera ministra, Viorica Dancila, sino el líder del PSD, Liviu Dragnea, auténtico poder en el partido pero que n pudo ser elegido por haber sido condenado por fraude electoral. El pasado mes de junio fue también condenado a tres años y medio de cárcel, por cobrar comisiones por la falsa creación de empleos en su partido, y ahora trata de impulsar una reforma en el Código Penal que beneficiaría claramente un posible recurso. También le benefician los repentinos cambios en la cúpula de la Fiscalía Anticorrupción, impulsados directamente por Dragnea y que han motivado que cientos de miles de personas salgan a la calle en las peores protestas desde la caída de Ceaușescu, en 1989.

Bruselas ha advertido de que esas reformas han creado una "situación preocupante" para la lucha contra la corrupción y la independencia del sistema judicial, y en un informe emitido en noviembre, advirtió de que "los últimos acontecimientos han revertido el curso del progreso". El Gobierno rumano ha respondido elevando su tono nacionalista, populista y euroescéptico. "Rumanía no aceptará ser tratado como un país de segunda clase", ha dicho Dragnea, criticando que Bruselas mantenga el mecanismo de cooperación y verificación impuesto a Rumanía y Bulgaria en 2007 y amenazando con aprovechar el turno en la presidencia para avanzar en sus propios intereses.

Y a pesar de la ya saturada agenda que la UE debe afrontar este semestre, el ministro de Exteriores rumano ha advertido que considera la integración de Serbia y los Balcanes occidentales en la UE como una de las máximas prioridades de sus seis meses al frente del Consejo."Rumania apoya plenamente la integración europea de Serbia", ha dicho Teodor Melescanu, que la semana pasada se reunió con su homólogo serbio Ivica Dacic y con la primera ministra Ana Brnabic para ajustar detalles, “les aseguro que colocaremos a los Balcanes occidentales como una de las máximas prioridades de la presidencia rumana".

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