Los Siekopai, la nación indígena de la Amazonía que teme su extinción por la pandemia
Su líder, Justino Piaguaje, explica a COPE que usan quinina, jengibre con limón y uña de gato para curar la COVID-19
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“Tenemos nuestro origen entre el río Putumayo, el Aguarico y el Napo, ahí dice nuestra mitología que hemos nacido, hemos sido creados por el dios Ñañe-Paina”, cuenta a COPE Justino Piaguaje, presidente de la nación indígena Siekopai, un pueblo formado por no más de 2.000 personas que viven en la Amazonía de Ecuador y Perú. Siekopai significa gente multicolor, y se llaman así por su vestimenta y “por la diversidad de figuras que utilizamos en los rostros y en las túnicas”. Ahora están preocupados por cómo está avanzando la pandemia de COVID-19 en sus comunidades. Piaguaje reconoce que “la extinción es el temor grande; hemos perdido a tres de nuestros compañeros muy valiosos en el conocimiento y la sabiduría ancestral, y ahora tenemos mucho más miedo a sufrir exterminio físico”. Hasta ahora han dado positivo 50 miembros de esta nación indígena en las pruebas rápidas, pero sospechan que son “muchas más las familias afectadas”. “Vivimos en una comunidad bajo principios de armonía, de visita constante entre una familia y la otra, y la situación es bastante complicada”, señala. El líder de los siekopai explica que para combatir el nuevo coronavirus están recurriendo a la “medicina ancestral”, empleando “una especie de quinina, jengibre con limón -subiendo el nivel de ph-, y la uña de gato -que es un anticoagulante-, y nos está dando resultados”. Están usando estos remedios durante “los primeros tres o cuatro días, cuando el virus está en la garganta y no ha pasado a los pulmones, y se puede atacar y se puede controlar”.
Además, han restringido “cualquier tipo de actividad que aglomere a personas, como reuniones comunitarias, asambleas, las fiestas” y utilizan mascarillas “si las conseguimos, y si no algún trapo de tela para cubrir la boca”. Están recibiendo “ayuda de amigos que han hecho campaña de recaudación, algunas ONG aliadas a nuestro pueblo -por eso estamos haciendo pruebas PCR-, y algunos kits de alimentos, raciones alimenticias”. Aunque Justino Piaguaje dice que no son suficientes “ni culturalmente adecuadas porque nuestra gente está acostumbrada a consumir pescado y carne; en lugar de enlatados, prefieren comprar gallinas o pescados y repartirlo”.
Los siekoipai están rodeados por industrias petroleras y agrícolas, viven principalmente de la caza y la pesca, pero también de actividades relacionadas con los servicios, la docencia, el cultivo de maíz, plátano, yuca,café, cacao, y la crianza de peces o de pollos. Afirma su presidente que ocupaban “más de un millón de hectáreas”, pero perdieron el 95 por ciento de su “territorio ancestral” por las “injerencias de la colonización”, y quedaron “disminuidos poblacionalmente por las enfermedades”. Aparte de creer en el dios Ñañe-Paina, según su mitología “hay una diosa que administra el inframundo, que protege y alerta de los desastres naturales, y otra que recibe a los muertos cuando llegan de este mundo”.