Trump habló con Putin y le aconsejó no intensificar la guerra de Ucrania

The Washington Post explica que el ganador de las elecciones en Estados Unidos llamó esta semana al presidente ruso tras anunciar en campaña que era capaz de lograr un acuerdo en 24 horas para el fin del conflicto

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El presidente ruso, Vladimir Putin, y el expresidente de EEUU Donald Trump

José Manuel Nieto

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El recientemente electo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha generado controversia tras una exclusiva publicada por The Washington Post sobre su conversación telefónica con el presidente ruso, Vladímir Putin. Según el diario, Trump aconsejó a Putin no intensificar la guerra en Ucrania y expresó su interés en entablar conversaciones para encontrar una solución rápida al conflicto. Este tipo de declaraciones sobre la guerra de Ucrania resuenan en un contexto geopolítico tenso, y han generado tanto elogios como críticas, especialmente entre los sectores más críticos con la política exterior de Trump.

Durante la campaña electoral, Trump se presentó como un líder capaz de lograr un acuerdo en 24 horas para poner fin a la guerra en Ucrania, una propuesta que sus detractores calificaron de ingenua e impracticable. Aunque Trump no ofreció detalles concretos sobre cómo podría lograrse este acuerdo, sus palabras parecieron apuntar a una resolución rápida y directa. Los críticos del republicano han especulado sobre la posibilidad de que estuviera dispuesto a ceder parte del territorio ucraniano a Rusia, una idea que es inaceptable para el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y para la mayoría de los ucranianos, quienes defienden la soberanía de su país a toda costa.

El contenido de la llamada de Trump a Putin fue confirmado por fuentes cercanas al mandatario ruso, quien, de acuerdo con el diario, mostró disposición para mantener conversaciones con el nuevo presidente estadounidense. Putin también felicitó a Trump por su victoria electoral y elogió su respuesta a un intento de asesinato sufrido por Trump durante un mitin electoral en julio pasado. Además, el presidente ruso indicó que las declaraciones de Trump sobre la posibilidad de restablecer las relaciones con Rusia y contribuir a poner fin a la crisis ucraniana merecían "atención", lo que sugiere que, al menos en teoría, Putin vería con buenos ojos una política más conciliadora por parte de Washington.

Este tipo de acercamiento a Rusia ha generado inquietud en algunos círculos políticos de Estados Unidos, especialmente entre aquellos que consideran que la postura de Trump podría debilitar el apoyo a Ucrania en su lucha contra la invasión rusa. De hecho, el presidente saliente, Joe Biden, ha manifestado su intención de acelerar el envío de armamento a Ucrania antes de dejar el cargo, con el objetivo de cumplir con el compromiso de 6.000 millones de dólares en ayuda aprobada por el Congreso. Este apoyo militar ha sido un pilar fundamental de la política exterior de la administración Biden, lo que contrasta con las críticas de Trump a la ayuda armamentística y su deseo de enfocarse en una resolución diplomática.

El hecho de que Trump haya mantenido más de 70 conversaciones telefónicas con líderes mundiales desde su victoria electoral, sin la participación del Departamento de Estado, refleja su enfoque de "diplomacia paralela". Según su equipo, esta estrategia responde a la desconfianza hacia los funcionarios de carrera del Departamento de Estado, a quienes consideran demasiado comprometidos con la política exterior tradicional. En este contexto, Trump se ha mostrado dispuesto a actuar de manera más directa e independiente, una postura que podría redefinir las relaciones internacionales de Estados Unidos a partir de su toma de posesión el 20 de enero.

Aunque la llamada con Putin podría ser vista como una señal de acercamiento, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, desestimó la afirmación de Trump de que podría resolver el conflicto en Ucrania en 24 horas, calificándola de "exageración". Este escepticismo refleja la complejidad de la situación en Ucrania, donde las negociaciones de paz se ven obstaculizadas por las profundas diferencias entre las partes involucradas.

      
      
             
      

En resumen, la llamada de Trump a Putin subraya el enfoque particular del republicano hacia la política exterior, que podría tener implicaciones significativas para la crisis ucraniana y las relaciones entre Estados Unidos y Rusia en los próximos años. Mientras algunos ven en este gesto una oportunidad para la diplomacia, otros temen que signifique una concesión excesiva a los intereses de Moscú. Lo cierto es que el futuro de la guerra en Ucrania sigue siendo incierto, y las decisiones de Trump, como presidente electo, jugarán un papel crucial en el desenlace del conflicto.

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