La Universidad de Kiel prohíbe el burka

Los primeros en quejarse fueron compañeros de la Universidad, que advirtieron que, en los exámenes escritos, cualquier persona podría estar respondiendo a las preguntas en lugar de la alumna matriculada, puesto que se trata de una prenda de vestir que cubre todo el cuerpo excepto, parcialmente, los ojos. El consejo de gobierno de la Universidad de Kiel, en Alemania, estudió el asunto y ha dictaminado la prohibición en el centro tanto del burka como del niqab, las dos prendas musulmanas que impiden ver el rostro de las alumnas. "En el campus, las estudiantes sí pueden llevar una burka o un niqab, que sólo permite que se vean los ojos", aclaró el portavoz de la casa de altos estudios, Boris Pawlowski, pero en las aulas y durante los exámenes queda prohibido.

La universidad argumenta que entre los requisitos mínimos que rigen para la comunicación en el campo de la investigación, la docencia y la administración universitaria figuran no solamente el habla sino también la mímica y los gestos, además del reconocimiento facial. Karin Prien, ministra de Educación del estado norteño de Schleswig-Holstein, cuya capital es Kiel, ha anunciado además que presentará un

proyecto de ley para vetar el uso de velos que recubren casi toda la cara en las escuelas de la región, siguiendo estos mismos argumentos.

Katharina K., la estudiante musulmana de 21 años cuya presencia en las aulas ha dado lugar al cambio normativo, no está dispuesta sin embargo a acatar la norma y ha anunciado un recurso.  Hasta hace poco cristiana evangélica y recientemente convertida al Islam, comenzó a aparecer con burka en las clases poco antes de Navidad y en coincidencia con los primeros exámenes semestrales. Considera que está siendo discriminada por motivos religiosos, lo que vulneraría el artículo 4 de la Constitución alemana y ha comenzado una serie de visitas a abogados de la región en busca de un letrado dispuesta a llevar su caso. Para ello, cuenta con el apoyo financiero de una asociación musulmana regional y ha planteado su caso también ante la Oficina Federal Anti Discriminación.

La universidad recuerda que permite en sus aulas el uso de otras prendas femeninas islámicas, como el hidchab, el al-amira, el chimar y el chador, pero insiste en la incompatibilidad de llevar cubierto el rostro con la vida universitaria activa, como se supone por parte de cualquier estudiante. La alumna espera recorrer tantas instancias judiciales como sea necesario y el caso terminará seguramente sentando jurisprudencia a escala federal, quizá también europea.