LÍNEA EDITORIAL

África entre la paz efímera y el terrorismo yihadista

José Luis Restán

Publicado el - Actualizado

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Después de los acuerdos de paz en Sudan del Sur, otro horizonte de conciliación se ha abierto entre dos países africanos, Etiopía y Eritrea, enfrentados en una cruel guerra de fronteras desde hace ya dos décadas, que ha causado cien mil muertos y masivos desplazamientos humanos. Donde no surgen oportunidades de paz es en Nigeria y Malí. Aquí la inestabilidad es consecuencia de la acción del yihadismo global. Incursos en procesos electorales, estos dos países subsaharianos han sido elegidos como diana del terrorismo que trata de imponer su versión sectaria del Islam. Es el caso de Boko Haram, afiliado al llamado Estado Islámico, que durante la última semana ha llevado a cabo hasta nueve ataques en el norte de Nigeria donde ha llegado a tomar una importante base militar después de duros combates y de la huída de parte de la guarnición.

Hace tres años, el presidente Mohamed Buhari fue elegido gracias a sus promesas de poner fin al terrorismo y aunque ya se prepara para su reelección el próximo año, poco ha podido hacer. Estos días, la Conferencia Episcopal de Nigeria ha pedido por segunda vez la dimisión de Buhari ante la pasividad de su Gobierno después de que trescientos agricultores cristianos fueran masacrados a manos de pastores musulmanes aparentemente manipulados por Boko Haram. Y mientras, no cesa el flujo de inmigrantes africanos que buscan refugio en una Europa que, por fortuna, no ha llegado a perder aún sus señas de identidad solidaria.