J.L. Restán | Línea Editorial

Ataque americano en Siria

El ataque del ejército americano contra las bases aéreas sirias responde más a una pretensión de hacer valer la fuerza militar hegemónica que a una medida de intervención eficaz para proteger a la población civil y terminar con la guerra en Siria. La guerra en Siria representa una de las más clamorosas quiebras contemporáneas de humanidad y se ha convertido en una vergonzosa asignatura pendiente para la Comunidad Internacional, que además está produciendo una añadida inestabilidad en la zona. Es una guerra complicada por el choque de intereses entre las grandes potencias y por el secular enfrentamiento entre los bloques sunní y chií dentro del Islam. Es evidente que el régimen de Al Asad vulnera sistemáticamente los derechos humanos, pero no existe un diseño alternativo para una nueva Siria, que podría ser pasto de los peores monstruos del fundamentalismo. La incapacidad de Naciones Unidas para forjar una solución es manifiesta, pero la mayor responsabilidad recae sobre Rusia y Estados Unidos, que deberían haber forzado a los contendientes a entrar en una negociación seria y viable. Las víctimas primeras y más importantes de este conflicto son las personas, una población martirizada y obligada a desplazarse sin rumbo, que reclama una intervención ordenada y sistemática contra las causas de esta masacre permanente, más allá de actos puntuales de fuerza.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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