Calentando la calle

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

1 min lectura

Las celebraciones con motivo de la Diada en Cataluña están siendo utilizadas por el independentismo como comienzo de un otoño caliente. El separatismo quiere calentar la calle para superar una posible fractura entre sus diferentes sensibilidades, para mantener viva una protesta que, en lo jurídico y en lo institucional, está en un callejón sin salida.

Las celebraciones están siendo tensas. Torra ha vuelto a tergiversar la historia al hacer un paralelismo entre lo que sucedió en la Guerra de Sucesión y la pretensión de una ruptura de España. Hay que volver a repetirlo: la Guerra de Sucesión no fue el enfrentamiento entre unos Borbones centralistas y unos catalanes que defendían sus muy democráticas formas de autogobierno medievales. La Guerra de Sucesión fue una guerra dinástica europea.

Torra manipula el pasado y malversa el futuro cuando hace un llamamiento a una movilización permanente para hacer efectiva la república. El Presidente de la Generalitat sabe que la república no puede hacerse efectiva. Más realista parece la posición de los dirigentes de ERC que vuelven a sugerir que es necesario abandonar la vía unilateral para llegar a un verdadero compromiso. El problema de ERC es que reconoce lo evidente, la inviabilidad de una ruptura unilateral, pero es incapaz de separarse de la agenda marcada por Puigdemont.