J.L. Restán | Línea Editorial

Católicos y luteranos: la grandeza de pedir perdón

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

1 min lectura

Desde que se produjeron los cismas de Oriente y Occidente, la Iglesia no ha dejado de clamar por la unidad de los cristianos, tal como el propio Jesús pidió a Dios Padre. En este contexto hay que acoger con satisfacción la declaración conjunta de la Federación Luterana Mundial y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, después de un intenso año de oración y encuentros teológicos, justo al cumplirse los 500 años de la Reforma que tanto duelo provocó en la cristiandad. En esta histórica declaración, católicos y luteranos pedimos perdón “por los fracasos y la formas en que los cristianos han herido el Cuerpo del Señor y se han ofendido unos a otros, desde el inicio de la Reforma hasta hoy”.

A partir del Concilio Vaticano II, ha sido mucho el camino andado en la busca de la unidad por todos deseada, que supo recoger con gran acierto el Papa Juan Pablo II en su carta encíclica “Ut Unum Sint”, en mayo de 1995. En todo este tiempo la Iglesia no ha dejado de rezar por la unidad perdida. A ello se refería ayer, en El Espejo de COPE, monseñor Martínez Camino, al afirmar que luteranos y católicos podemos celebrar juntos nuestra fe común en Jesucristo como el único salvador de los hombres. Por tanto nadie debe escandalizarse porque católicos y protestantes alaben conjuntamente a Dios, como mostró el Papa Francisco en su histórico viaje a Suecia. Así prosigue el camino, arduo y exigente, hacia la unidad de los cristianos ardientemente querida por el Señor.