J. L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

Contra los coptos, contra el islam religioso

La semana comenzaba con el terrible atentado de Manchester y ha terminado con un golpe similar del yihadismo, más de 25 muertos en la provincia de Mynia en Egipto. Ayer era tiroteado un autobús con coptos que viajaban desde El Cairo hasta el Alto Egipto, el sur del país. El atentado se suma a los que se registraron en el mes de abril que dejaron casi 50 muertos, a los de diciembre y a la expulsión de casi 200 familias cristianas de la Península del Sinaí. Estamos ante una escalada de terror y muerte de la que ya no son protagonistas los Hermanos Musulmanes sino el Daesh. Hay dos acontecimientos que pueden hacer comprender las claves de esta violencia. La mezquita de Al Azhar, gran referente del mundo sunní, acogió hace menos de un mes a Francisco. Acogió como suyas las palabras del Papa en las que se denunciaba que violencia y religión son incompatibles. Esta concordancia del islam religioso y del Papa excita el odio de quienes quieren instrumentalizar el Corán para impulsar un proyecto de muerte y destrucción. Ese odio hace que corra sangre de cristianos. Los coptos, asesinados y atacados, permanecen fieles a su fe. A nosotros, a los que a menudo nos parece que no hay nada por lo que merezca la pena entregar la vida, nos ofrecen su testimonio.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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