LÍNEA EDITORIAL | J. L. RESTÁN

Converso: Un diálogo sin censuras sobre la fe

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La proliferación de películas de temática religiosa es un indicador del interés que despierta el asunto. Y ello, paradójicamente, a pesar de que la fe es a menudo un tema tabú. Hoy llega a las salas de cine una película que desafía ese muro de silencio: Converso, de David Arratibel. El director es un agnóstico que se pregunta con honradez acerca del proceso que ha llevado a los demás miembros de su familia a abrazar la fe. Pero “Converso” es sobre todo un testimonio de diálogo auténtico que no censura la dimensión religiosa del ser humano. Es llamativo el valor que demuestran la madre del director, sus hermanas y su cuñado al hablar de su conversión. Con todo, la gran aportación de la película es la naturalidad con que esta familia afronta el tema, después, eso sí, de no pocos desencuentros. Hay en una enseñanza válida para toda la sociedad. Demasiado a menudo se presenta la cuestión religiosa en clave de conflicto y de una forma plagada de prejuicios, lo que lleva a muchos creyentes a ocultar su fe por miedo al rechazo. Otra forma de conflicto son las actitudes proselitistas que avasallan al otro sin respetar su libertad. Con ambas actitudes rompe la familia Arratibel, ofreciendo un ejemplo de cómo se construye esa «cultura del encuentro» que propone el Papa para humanizar el mundo. Un encuentro que parte del respeto absoluto al otro y que no censura ningún aspecto de su humanidad.