J. L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

Corrupción y estabilidad económica

Es realmente lamentable que en pleno desarrollo de la dura crisis económica que hemos padecido, destacados dirigentes políticos y empresariales hayan utilizado su influencia para enriquecerse personalmente, como se está poniendo de manifiesto en los casos de corrupción que han saltado a la luz estos días en España. Es verdad que la Justicia termina por situar a cada cual en su sitio, aunque en algunos casos su lentitud haya permitido la continuación de actividades supuestamente delictivas a personas investigadas desde hace años, como ha ocurrido con el ahora encarcelado Jordi Pujol Ferrusola.La corrupción tiene que ser combatida y depurada sin descanso. Lo que resulta inquietante es que la oposición trate de sacar rentabilidad política a bajo precio, alimentando una sospecha general y poniendo en grave riesgo la estabilidad institucional y la recuperación económica. Los casos de unos indeseables corruptos no deberían impedir la aprobación de unos presupuestos sobre los que pende la marcha de la economía, su prestigio internacional y la estabilidad social. Resulta paradójico que desde un partido populista, que se niega a rechazar siquiera la violencia desencadenada en Venezuela se instigue a sus seguidores a reclamar dimisiones ante la sede del Partido Popular. En España impera el Estado de Derecho, cosa que no puede decirse de los regímenes en los que se inspira el populismo antisistema.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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