Madrid - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
Del Cercano Oriente no suelen llegar noticias positivas que hagan pensar que, un día, pueda llegar la paz a esta candente región. Sin embargo, este pasado fin de semana se ha registrado un nuevo intento de reconciliación entre el grupo palestino Hamas, que domina Gaza desde hace más de diez años, y la Autoridad Nacional Palestina que domina el partido rival Fatah, y gobierna en Cisjordania bajo el estrecho control militar de Israel. En esta ocasión parece que el acuerdo está más cercano gracias a la mediación de Egipto, que ha patrocinado los encuentros entre los dirigentes de Gaza y Cisjordania.
Para limpiar su imagen de terrorista, Hamas ha dado algunos pasos alentadores como reconocer la existencia de Israel como Estado soberano, a cambio de que pueda fundarse un Estado palestino dentro de las fronteras de 1967, es decir, las que existían antes de la “Guerra de los seis días”. Pero es una pretensión inasumible por Israel.
Todavía están vivas las imágenes del histórico encuentro entre el Papa Francisco, Mahmud Abbas y Simón Peres plantando en El Vaticano un pino como árbol de la paz. Ese sueño exigía, como mínimo, acabar con la anomalía de una Gaza gobernada por Hamas y enfrentada a la Autoridad Nacional Palestina. Ahora se abre un período de distensión que debiera llegar a la convocatoria de elecciones en toda la Palestina y concretar así el principio de acuerdo suscrito en El Cairo. Quizás sea un paso para retomar después el diálogo palestino-israelí, desgraciadamente en punto muerto desde hace años.