Madrid - Publicado el - Actualizado
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El secretario general del Partido Socialista, Pedro Sánchez, ha vuelto este domingo a hacer equilibrismo político para criticar el montaje del gobierno catalán y, al mismo tiempo, criticar también al gobierno de Rajoy y echarle la culpa de que se haya llegado a la situación actual. Por una parte, Sánchez sigue manteniendo una correcta posición institucional de apoyo al Gobierno de la Nación y ha tirado de lo que ha llamado “orgullo socialista” para apoyar a sus alcaldes, que están soportando una campaña de presión y acoso en Cataluña por su negativa a ceder locales para el referéndum ilegal del 1 de octubre. En la Festa de la Rosa, el tradicional acto político con el que los socialistas catalanes inauguran el curso cada septiembre, tanto Sánchez como Miquel Iceta han pronunciado palabras muy duras contra el montaje y simulacro secesionista que está dividiendo a los catalanes por la mitad. Pero por otro lado, Sánchez ha vuelto con la cantinela de un mayor diálogo y más autogobierno para Cataluña, una suerte de España federal, que reconozca la plurinacionalidad del Estado y que, a día de hoy, nadie en la dirección del Partido Socialista ha sido capaz de definir ni de aclarar en qué se diferenciaría ese modelo federal de la actual España de las autonomías. Presentarse, con sus credenciales, como el líder del partido de la reconciliación y del pluralismo político, frente al fatalismo que, según él, encarna Rajoy, a estas alturas no deja de ser más que un brindis al sol, que puede granjearle algunos apoyos, pero que no aporta ninguna solución real al desafío secesionista.