Europa debe afrontar unida el desafío migratorio

El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha ofrecido el puerto de Valencia como lugar seguro para que pueda atracar el barco Aquarius, que navega en aguas del Mediterráneo con más de 600 inmigrantes a bordo procedentes de las costas de Libia. Tras la negativa de los gobiernos italiano y maltés a permitir la entrada del buque en sus puertos, la Unión Europea celebra la solidaridad de España. Se trata de un gesto humanitario que responde a una situación de emergencia, pero el problema de fondo permanece. Llegarán más refugiados, y urge una respuesta coordinada e integral que incluya acciones en origen, solidaridad en la acogida y una política realista de inserción.

El fenómeno migratorio es todo un desafío para una Europa que ha perdido algunas de las señas de identidad que la constituyeron como algo más que una mera unidad de carácter económico. El gesto humanitario del Gobierno español no habrá sido solo un parche si sirve para poner encima de la mesa una cuestión decisiva para el futuro de Europa, que comienza por hacer posible el derecho que cada ser humano tiene a no verse forzado a abandonar su tierra, y por conjugar una justa regulación de las migraciones con una adecuada acogida, integración y promoción de las personas que llaman a nuestra puerta con una dramática historia a sus espaldas.